Chicago

Sentencian en Chicago a excomandante mexicano ligado a cártel

"El Grande", confidente del cártel de los Beltrán Leyva también testificó en la audiencia.

CHICAGO- Un juez federal sentenció el jueves a más de tres años de prisión a un excomandante de una unidad de inteligencia mexicana que fue declarado culpable de compartir secretos de investigadores estadounidenses a capos de la droga en México, una traición que, según declaró un agente de la DEA ante la corte, echó abajo pesquisas sobre narcotráfico y costó vidas.

Iván Reyes Arzate, de 46 años, era el principal contacto para intercambiar información entre las agencias estadounidenses y la Policía Federal mexicana. Arzate utilizó información de inteligencia de Estados Unidos para ayudar a revelar la identidad de un informante del cártel, quien posteriormente fue torturado y asesinado, de acuerdo con los fiscales.

Arzate se entregó a las autoridades estadounidenses en 2017 y en mayo cambió su declaratoria de inocente a alguien que prefiere abstenerse de responder a las acusaciones de obstrucción y de conspirar para obstruir la justicia.

Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, quien por mucho tiempo fue confidente de los líderes del cártel de los Beltrán Leyva, testificó en la audiencia de sentencia del jueves. Ante el juez federal de distrito Harry Leinenweber, Villarreal describió la forma como los grupos criminales se apoyan fuertemente en policías corruptos como Arzate para expandir sus operaciones ilegales y vencer a sus rivales.

Barragán cumple una sentencia por cargos federales de narcotráfico después de aceptar cooperar con agentes de Estados Unidos.

Dijo que era común que los cárteles tuvieran a policías federales de México en sus nóminas, y que con frecuencia los sobornaban para que los operativos policiacos se realizaran contra grupos rivales.

Joseph Lopez, abogado de Arzate en Chicago, le preguntó en un momento dado si los pagos “llegaban hasta arriba en la cadena, casi hasta el presidente”.

“Sí, señor”, respondió Barragán. “Así es como lo hacen”.

Los fiscales en Estados Unidos interrogaron el jueves a varios testigos durante una audiencia de cinco horas en un intento por respaldar sus argumentos de que Arzate merecía una sentencia en prisión de 10 años.

La fiscal Katherine Sawyer dijo a la corte que la sentencia que la defensa pretendía, 17 meses de prisión, equivaldría a un darle “un manotazo”.

En una declaración al juez, Arzate defendió su labor policial, pero Leinenweber lo interrumpió en cierto momento para preguntarle: “¿Es su postura afirmar que usted no hizo absolutamente nada malo?”

Si bien Arzate aseveró que era no era su postura, nunca admitió haber cometido un delito ni ofreció disculpas durante su declaración de 10 minutos.

El juez dijo que algunas partes de la declaratoria de Arzate le parecieron “inquietantes”, pero agregó que la sentencia de 10 años recomendada por la fiscalía era “demasiado alta”. Con el tiempo que lleva detenido desde su arresto, Arzate podría salir en libertad en poco más de un año.

 El agente de la DEA Matthew Sandberg, quien llegó a trabajar con Arzate en México, testificó con un tono parco y prosaico durante la mayor parte de su tiempo en el estrado el jueves. Pero se le quebró la voz cuando empezó a describir la manera en que la divulgación de Arzate, a quien llegó a considerar un amigo, puso en peligro la vida de agentes como él e incluso de sus familias.

“Esas cosas no pueden pasar a menos que haya agentes corruptos”, afirmó Sandberg.

Contáctanos