RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Corriendo todas las noches detrás de un camión de basura, el brasileño Solonei Silva descubrió que tenía madera de atleta y el domingo cumplió el sueño de completar el maratón olímpico, pero con el sabor amargo de estar lejos de su mejor marca.
Solonei cruzó la meta con un tiempo de 2:22.05, en el puesto 78, muy lejos de los 10 primeros, que era su objetivo, pero aun así besó el suelo del sambódromo y ondeó la bandera brasileña con una sonrisa.
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"Ser un atleta olímpico es un éxito", dijo Solonei, que hasta hace siete años pensaba que nunca podría competir en una prueba de elite.
En ese entonces era recolector de basura en Penápolis, un pueblo del interior de Sao Paulo y tenía que correr 25 kilómetros por noche detrás del camión.
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El atleta de 34 años, que fue campeón panamericano en Guadalajara 2011 y sexto en el Mundial de 2013, dijo que completar un maratón es más duro que recoger basura, porque la preparación necesaria para una carrera de 42 kilómetros es más intensa.
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"Ser maratonista es muy duro, es renunciar a muchas cosas y a la familia. Yo estuve cinco semanas entrenándome en la altitud. Para llegar y cumplir un sueño de estar entre los diez primeros, desafortunadamente no fue posible", comentó.
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Solinei atribuyó su mal resultado del domingo a su cuerpo. Aseguró que estaba bien preparado, que se entrenó bien, pero rindió al 20 por ciento de sus posibilidades y tuvo un resultado "frustrante".
A pesar de ello, Solinei levanta la cabeza y afirma que seguirá trabajando "con el mayor compromiso" para seguir compitiendo en la elite del atletismo, todo un sueño para alguien que comenzó a los 27 años.
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