Vincula al alcalde de Iguala con los Beltrán

De acuerdo a un reciente informe del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), José Luis Abarca Velázquez, alcalde con licencia de Iguala, Guerrero, se relacionó con el cártel de los hermanos Beltrán Leyva, a través de su esposa, suegra y cuñados. Por estos vínculos con el extinto Arturo Beltrán Leyva fue que el edil "quien sirvió a este capo de lavador y prestanombres, pudo levantar en pocos años una fortuna considerable", según publica 'El Universal'. Mientras tanto, el descubrimiento de las fosas clandestinas el fin de semana en el sur de México atrajo la atención sobre otra problemática región del país, donde autoridades señalan a la policía local de vínculos con el narcotráfico y de estar detrás de la desaparición de 43 estudiantes.

Mientras las autoridades trabajaban el lunes en determinar si los 28 cuerpos encontrados en las fosas clandestinas son de algunos de los estudiantes de magisterio que desaparecieron hace poco más de una semana, el gobierno federal anunció que desarmó a la policía local y que la recién creada Gendarmería asumirá las labores de seguridad pública.

El presidente Enrique Peña Nieto calificó el lunes los hechos de "indignantes, dolorosos e inaceptables" y ordenó a su gobierno dar con los responsables y evitar que haya impunidad en los hechos ocurridos en Iguala, localidad del estado sureño de Guerrero ubicada unos 200 kilómetros al sur de la ciudad de México.

El mandatario habló en medio de preocupaciones de organizaciones internacionales de que sea un posible caso de ejecuciones sumarias, como temen ocurrió hace unos meses en una zona cercana.

Además del caso de Iguala, en el que la policía local está implicada, a finales de junio ocho miembros de un batallón del Ejército fueron detenidos, y tres de ellos acusados de homicidio, por la muerte de 22 presuntos delincuentes tras una confrontación en el Estado de México, vecino a Guerrero.

El procurador del estado sureño de Guerrero, Iñaky Blanco, dijo el domingo por la noche que los cuerpos están muy deteriorados para ser identificados de inmediato y que las pruebas genéticas podrían demorar entre dos semanas y dos meses para determinar si corresponden a algunos de los estudiantes que desaparecieron.

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