Un viernes de terror por partida triple

Terror por partida triple

Este viernes hubo atentados terroristas en tres continentes, que causaron la muerte de decenas de personas a solo unos días de que el Estado Islámico (ISIS) exhortara a sus seguidores a desencadenar un "mes del desastre" durante el periodo sagrado musulmán, el Ramadán.

Un hombre fue decapitado en un aparente ataque islamista contra una fábrica de gas de propiedad de Estados Unidos en el sureste de Francia, mientras que 25 feligreses murieron y 200 resultaron heridos durante las oraciones del viernes en una mezquita chiíta en Kuwait.

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En Túnez, pistoleros sembraron el pánico en un balneario, al abrir fuego y matar a por lo menos 37 personas, en su mayoría extranjeros.

Mientras que ISIS se adjudicó la responsibilidad del atentado en Kuwait, de inmediato nadie reclamó la autoría de los otros dos.

Gobiernos alrededor del mundo condenaron los atentados y se pusieron en alerta.

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El primer ministro británico, David Cameron, convocó a una reunión de emergencia de sus funcionarios de seguridad en Londres, en tanto Francia intensificó la seguridad en sitios clave y sostuvo una reunión similar de jefes de defensa en el Palacio del Elíseo en París.

En Washington, la Casa Blanca describió los atentados como "atroces", añadiendo: "Estamos con estas naciones mientras responden a ataques en su suelo".

"Estamos resueltos y unidos en nuestro esfuerzo compartido para luchar contra la lacra del terrorismo", agregó en una declaración.

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Pero mientras hay pocos indicios que sugieran una coordinación entre las atrocidades, los expertos notaron que se produjeron poco después de que el portavoz de ISIS, Abu Mohammad al-Adnani, exhortara a sus seguidores a intensificar sus actividades.

"Oh muyahidines en todas partes, apúrense y hagan del Ramadán un mes del desastre", dijo el martes, animando a los islamistas a "embarcarse y apresurarse hacia la yihad (guerra santa)".

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Charlie Winter, de la Fundación Quilliam, en Londres, dijo: "Haya o no una relación entre todos estos atentados, es probable que estén inspirados por los mismos ideales".

Olivier Guitta, analista de seguridad en GlobalStrat, expresó que el atentado en Túnez fue "un gran golpe de relaciones públicas para ISIS", incluso si el grupo no fuese directamente responsable".

"Los terroristas, y en particular los islamistas, desean atacar a un país que haya pasado por la Primavera Árabe y le haya ido bien", agregó. "Es importante para ellos que la gente en Occidente empiece a sentir miedo por sus negocios".

Los atentados del viernes mostraron que ISIS tiene la capacidad de inspirar ataques incluso de simpatizantes con los que no tiene una conexión directa", añadió.

"Tienen seguidores que no son miembros de ISIS que están realmente escuchando [mensajes], siendo inspirados por ellos y obedeciendo un capricho al emprender sus actos terroristas".

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En la matanza en la playa de Túnez, los vacacionistas -incluidos turistas occidentales- huyeron para guarecerse luego de que los atacantes comenzaran a disparar.

Gary Pine, un gerente de producto de Reino Unido, comentó a NBC que al principio pensó haber escuchado fuegos artificiales, pero "sólo cuando pude oír las balas cruzar por el aire nos dimos cuenta que estaban disparando". Su hijo de 22 años vio a una de las víctimas.

El ministro francés Bernard Cazeneuve nombró a un sospechoso en el atroz atentado contra la fábrica, como Yassin Sahli, quien estuvo bajo vigilancia desde 2006 hasta 2008 por su presunta radicalización.

Por su parte, el presidente Francois Hollande llamó a su homólogo tunecino y ambos expresaron mutua solidaridad ante el terrorismo.

El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, calificó el atentado en Túnez como "un cobarde asesinato" de turistas, mientras que el primer ministro británico, David Cameron, también ofreció sus condolencias a los países afectados y prometió "solidaridad en la lucha contra el mal del terrorismo".

Dijo que "el Islam es una religión de paz" pero los terroristas actúan desde "una ideología torcida y pervertida que debemos enfrentar con todo lo que tenemos".

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, condenó los "aterradores" actos de violencia "en los térmios más enérgicos" y expresó que los responsables deben ser llevados ante la justicia.

Su portavoz indicó que "el secretario general afirma que, lejos de debilitar la resolución de la comunidad internacional para combatir la lacra del terrorismo, estos horrendos ataques solo fortalecen el compromiso de la ONU para ayudar a derrotar a quienes están empeñado en el asesinato, la destrucción y la aniquilación del desarrollo humano y la cultura".

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se unió al coro de condena, diciendo que "los brutales asesinatos en Francia, Túnez y Kuwait vuelven a subrayar que el mundo ilustrado está luchando contra oscuras fuerzas malignas".

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