Temporada de huracanes: mucho ruido…

MIAMI - La temporada de huracanes de este año en la cuenca atlántica, que concluye oficialmente el miércoles, fue muy activa, con 18 tormentas tropicales, de las que seis se convirtieron en huracanes, pero muy pocos se abatieron sobre tierra.

Una de las excepciones fue "Irene", que se convirtió en el noveno huracán más costoso del que se tiene registro en el Atlántico.

"La temporada fue muy activa" por el alto número de tormentas tropicales que se formaron, pero, "afortunadamente, muy pocos huracanes impactaron en tierra", destacó a Efe Lixion Ávila, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EE.UU.

Al igual que en 2010, la presencia de una baja presión durante toda la temporada de huracanes en la costa este estadounidense actuó como escudo protector contra el embate de fenómenos meteorológicos, muchos de los cuales fueron a morir en aguas del Atlántico norte.

En ese sentido, Ávila precisó que esa zona de baja presión -un fenómeno que "no es anormal" que se produzca-, "impidió" que los huracanes pudieran llegar a las costas de EE.UU. y los "desvió hacia el noreste sobre el Atlántico".

"Lo que no podemos predecir es si esa baja presión estará ahí, de nuevo, en la temporada próxima", comentó el meteorólogo.

Las previsiones de los expertos se cumplieron en cuanto al número de tormentas tropicales (pronosticaron entre 14 y 19), pero muchas de ellas "no llegaron a ser fuertes" y es probable que la lluvia que dejaron en algunas zonas fuera incluso beneficiosa.

No obstante, el pronóstico sobre el número de huracanes, que el CNH cifró entre siete y diez, quedó por encima de los seis registrados, tres de los cuales fueron de gran intensidad en la escala de Saffir Simpson.

Con todo, en el curso de lo que parecía ser una temporada benévola, el huracán "Irene" causó a finales de agosto estragos, destrucción y muerte a su paso por Las Carolinas y el noreste de EE.UU., donde causó graves inundaciones, especialmente en zonas de Nueva Jersey.

"Irene", el primer huracán de la temporada en el Atlántico, causó entre 40 y 50 muertos, incluidos cinco en Santo Domingo y uno en Puerto Rico -según datos provisionales del CNH-, y dejó a millones de estadounidenses sin electricidad.

Según el CNH, los daños causados por "Irene" podrían alcanzar los 6.000 millones de dólares, sin incluir datos de las aseguradoras contra inundaciones, por lo que la cifra final podría ser "mucho mayor", agregó Ávila.

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