Matthew Gough, experimentado paracaidista que siempre se propone un nuevo desafío, grabó con una cámara desde su casco cómo sobrevivió milagrosamente a un salto base desde 300 metros pese a que su paracaídas no se abrió correctamente. En las imágenes se puede ver cómo Gough impacta una vez tras otra contra las paredes de un barranco frente al lago Garda, en Italia, cómo grita de dolor y finalmente, cómo impacta contra el suelo. Imágenes grabadas desde el casco de su compañero de aventuras, que acudió a atenderle, le muestran tendido en el suelo y sangrando por la nariz, pero con vida. Según informa The Huffington Post, Gough sólo habría sufrido lesiones en una rodilla y un tobillo. El accidente, según ha explicado este deportista con cientos de saltos de experiencia, se produjo al desplegarse el paracaídas con demasiada lentitud, enredarse y quedar finalmente de cara a la pared. "Pensé que iba a morir", ha explicado Gough. "Cuando choqué contra el suelo me sorprendí de estar vivo." Pese a todo, el deportista asegura que seguirá haciendo saltos base.
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