Confiesa asesinato

Un hombre de origen puertorriqueño confesó a oficiales de la policía su envolvimiento en el crimen del niño Etan Patz, de seis años, desaparecido hace 33 años.

Pedro Hernández, de 51 años, dijo a las autoridades como atrajo al niño hasta la bodega donde trabajaba ofreciéndole una gaseosa, según la policía.

La policía dijo que Hernández confesó haber llevado al menor hasta el sótano de la bodega donde lo ahorcó.

El comisionado de la policía, Ray Kelly, dijo que el sospechoso fue mayormente interrogado en el lugar de los hechos.

Kelly dijo que el sospechoso no ha dicho por qué cometió el crimen, y tampoco hay evidencia que indique que Patz fue abusado sexualmente.

Hernández dijo a las autoridades que no cree que puedan encontrar los restos del menor, pues los puso en una bolsa de basura al momento del crimen, según informó el comisionado.

La Policía de Nueva York detuvo a Hernández el pasado jueves, una detención que tiene lugar apenas 24 horas antes del "Día Nacional de Niños Desaparecidos".

El individuo dio declaraciones a los detectives de la Policía de Nueva York implicándose en la desaparición y muerte de Etan Patz hace 33 años", dijo en un comunicado el jefe del cuerpo policial, Raymond Kelly.

Pedro Hernández fue detenido en la localidad de Camden, Nueva Jersey.

La cadena NBC dijo que el hombre que vivía y trabajaba en el mismo barrio que Etan Patz cuando el pequeño, de seis años, desapareció el 25 de mayo de 1979 tras haber salido de su casa solo a primera hora de la mañana hacia la parada de autobús que le tendría que haber llevado a la escuela.

El ex presidente, Ronald Reagan, a declaró el 25 de mayo "Día Nacional de los Niños Desaparecidos" ante la desaparición de Etan Patz.

El caso del pequeño Patz, que se convirtió en uno de los primeros menores cuya imagen apareció impresa en cartones de leche por todo el país, fue reabierto por la Agencia Federal de Investigaciones de EEUU (FBI) a finales de abril pasado con el rastreo de un edificio en el barrio del SoHo, en el sur de Manhattan, para buscar en el sótano posibles restos óseos del menor.

La búsqueda, seguida con gran expectación, culminó sin el hallazgo de pistas sobre la muerte de Patz, cuyo responsable siempre se sospechó que fue José Ramos, que en la actualidad cumple condena en una cárcel de Pensilvania por abusar de otro niño y contra quien nunca llegaron a presentarse cargos por falta de pruebas.

Ramos salía con una mujer que trabajaba en el domicilio de los Patz e incluso llegó a admitir que el día de su desaparición estuvo con él, aunque siempre negó haberlo secuestrado. El menor fue declarado oficialmente muerto en 2001 por las autoridades.

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