Una nueva forma de protesta pacífica, artística, y para algunos, extrema, se ha desarrollado en México.
Un grupo de jóvenes sale a la calle y se quita la ropa en protesta por los 43 estudiantes normalistas desaparecidos.
Sin miedo alguno, exponen sus partes íntimas en la capital mexicana. La piel se ha convertido en el lienzo de estos chicos, que sin vestimenta alguna, se manifiestan por lo que ellos consideran son malas investigaciones del gobierno, e impunidad en torno al caso de Ayotzinapa.
Con frases como “fue el ejército”, “ya me cansé”, “feminicidios y desapariciones” y “cuatro meses de impunidad”, toman las avenidas principales y el metro de la ciudad, y se toman fotografías.
El fotógrafo Edgar Olguín, autor del proyecto “Poniendo el cuerpo, alzando la voz”, asegura que para la sociedad mexicana es mucho más alarmante ver un cuerpo desnudo, que un cuerpo calcinado.
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