Queda en casa dinero de guerras

WASHINGTON.- El objetivo de derrotar a al-Qaeda está al alcance de la mano, dijo este sábado el presidente Barack Obama, quien añadió que por lo tanto ha llegado el momento de centrar la atención del ejecutivo en la situación del país. Pocas horas después de su viaje a Afganistán, Obama dijo que el dinero ahorrado con el fin de las guerras en Irak y Afganistán debería ser empleado en pagar la deuda soberana, financiar su nuevo plan de salud, dar mayores subvenciones a la enseñanza y construir obras públicas. "Tras más de una década de guerra, ha llegado el momento de dedicarnos a construir el país aquí, en casa", dijo el Mandatario en su alocución semanal por radio e Internet. El Presidente mencionó el acuerdo firmado el martes con el Presidente afgano Hamid Karzai, que transfiere la seguridad a las fuerzas afganas y compromete a Estados Unidos a ayudar al país al menos por otra década. Y volvió a mencionar el asalto de los comandos de la armada contra el escondite de Osama bin Laden en Pakistán hace un año, en el que murió el cabecilla islamista. Empero, insistió que el país debe dedicarse ahora a temas económicos como la falta de equidad en los impuestos y el galopante gasto gubernamental. Obama dijo, sin mencionar directamente a los republicanos, que son partidarios de rebajar los impuestos a los millonarios y reducir el gasto que financia "la creación de una sólida clase media". "Por ello he pedido al Congreso que tome el dinero que no gastamos ya en las guerras y dedique la mitad a reducir la deuda y la otra mitad en reconstruir Estados Unidos", insistió Obama. En la respuesta republicana, el senador Bob Corker acusó a la Casa Blanca y al liderazgo demócrata del Senado de mala gerencia fiscal, y denunció que han postergado las decisiones más penosas y difíciles para reducir el gasto público. "El presidente ha postergado casi la totalidad de las decisiones penosas", insistió Corker. La negativa del Senado, donde los demócratas tienen mayoría, a aprobar un presupuesto en tres años ha creado una atmósfera de incertidumbre que perjudica a las empresas y castiga la creación de empleo, según Corker, que pidió la reforma del sistema fiscal para eliminar la mayor parte de los 1.2 billones de dólares en exenciones, menores cargas impositivas y ampliar el número de estadounidenses que nada pagan hoy en impuestos federales a los ingresos, casi la mitad de la población.

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