Pareja sentenciada por muerte de hijo

Una pareja de Pennsylvania creyente de la sanación mediante la fe puede ser condenada al menos a 20 años de prisión por la muerte de un segundo hijo al que no llevaron a que lo viera un doctor. Herbert y Catherine Schaible serán sentenciados el miércoles por la muerte de su hijo Brandon, de ocho meses, ocurrida en 2013. Ya entonces, un tribunal había ordenado al matrimonio que buscara atención médica para cualquiera de sus vástagos que enfermara después de que falleciera en 2009 el hijo de ambos, Kent, de dos años, porque no se le había atendido de neumonía. Los Schaible, ella de 44 años y él de 45, son miembros de tercera generación de una pequeña comunidad pentecostal, la Iglesia del Evangelio del Primer Siglo, en el noreste de Filadelfia. Un abogado de Catherine Schaible tiene previsto explorar las creencias religiosas de los acusados en la audiencia en la que se emitirá sentencia. Según el abogado de su esposo no hubo malicia de la pareja en la muerte del niño. Los Schaible solicitaron no impugnar el cargo de homicidio en tercer grado en su contra por la muerte de Brandon. La pareja tiene otros siete niños vivos. "Nosotros creemos en la sanación divina, en que Jesús derramó su sangre para que sanáramos y en que murió en la cruz para romper el poder del demonio", dijo en 2013 Herbert Schaible en una declaración ante la policía. Un jurado había declarado culpables a ambos padres de homicidio involuntario por la muerte de Kent; se les impuso 10 años de libertad vigilada y se les ordenó que llevaran al médico a cualquier otro de sus hijos que enfermara. Debido a la muerte de Brandon, un juez, furioso, determinó que ambos habían infringido la libertad condicional. Los fiscales describieron los síntomas de los niños como "pavorosamente similares", incluidos respiración con dificultad y negativa a comer. El abogado de Caherin Schaible dijo que su cliente intentó alimentar a Brandon cuando el menor estaba enfermo y le aplicó talco para que estuviera cómodo. El pastor de la pareja, Nelson Clark, dijo que los niños murieron debido a una "carencia espiritual" en la vida de los padres e insistió en que éstos no buscarán atención médica incluso si otro de sus hijos pareciera estar cerca de la muerte.

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