López sufría de inestabilidad mental

FORT HOOD (Texas) -- La inestabilidad mental aparece como la posible "causa fundamental subyacente" de que el soldado puertorriqueño Iván López disparara contra otros compañeros en la base militar Fort Hood en un incidente que dejó cuatro muertos, aunque un altercado verbal con otro militar pudo haber precedido al ataque, según investigadores.

López, de 34 años, mató a tiros a tres personas e hirió a 16 el miércoles en la amplia base militar ubicada en Texas, donde en otro suceso similar un efectivo asesinó a 12 en 2009. López, conductor de camión, recibía tratamiento contra la depresión y la ansiedad mientras lo evaluaba por trastorno de estrés postraumático, dijeron oficiales en la instalación.

El teniente general Mark Milley, jefe de la base más grande del Ejército en Estados Unidos, dijo que hay "fuertes indicios" de que López protagonizó un altercado verbal poco antes de comenzar a disparar, aunque al parecer abrió fuego sin elegir a nadie en particular. Sin embargo, las investigaciones se centran en el estado mental del soldado.

"Tenemos evidencias muy contundentes de que su historial médico muestra un problema siquiátrico y sicológica inestable", afirmó Milley. "Creemos que esa es la causa fundamental subyacente" de lo ocurrido en la base.

López informó en algún momento al personal médico que había sufrido una lesión cerebral traumática. El puertorriqueño estuvo cuatro meses en Irak pero no participó en acciones de combate y anteriormente no se había mostrado como un peligro de violencia.

Al parecer, López tenía un expediente limpio sin vínculos con posibles terroristas, aunque las autoridades militares afirman que han emprendido una investigación sobre el particular.

"No estamos haciendo ninguna suposición. Vamos a mantener una mente abierta y una investigación abierta", declaró el jueves el secretario del Ejército, John McHugh en Washington. "Cualquier posible implicación extremista es examinada con muchísimo cuidado", apuntó.

Tres personas que sufrieron heridas graves en el ataque mejoraron el viernes en el Hospital Scott & White Memorial en Tempe. Se espera que una cuarta víctima sea dada de alta más tarde durante el día. El hospital dijo que a solicitud de las fuerzas armadas no facilitará que la prensa entreviste a los heridos o sus familiares.

Investigadores revisaron la casa de López el jueves e interrogaron a su esposa, quien se negó hablar cuando fue contactada telefónicamente por The Associated Press.

López ingresó al edificio de la base militar aproximadamente a las 4 p.m. del miércoles y comenzó a disparar con una pistola semiautomática calibre .45. Entonces subió a un vehículo y siguió disparando antes de entrar a otro edificio de la base. Al final fue confrontado por la policía militar en un estacionamiento, dijo Milley.

Cuando estaba a seis metros (20 pies) de una agente de la policía militar, el hombre levantó las manos y luego sacó el arma de su chaqueta. La agente sacó la suya y el sospechoso se disparó en la cabeza, agregó Milley.

El comandante de la base elogió la respuesta de la policía militar, pero declinó identificarla. Milley añadió que las autoridades conocieron del ataque cuando dos soldados a quienes les habían disparado llamaron a emergencias y que un capellán de la base protegió a soldados con su propio cuerpo antes de romper los cristales de unas ventanas para que escaparan del área.

Contáctanos