J.C. Penney dice estar arrepentido y pide a sus clientes que regresen.
Esa es básicamente la esencia de su última campaña, una admisión pública de "mea culpa", a través de un comercial que la cadena de almacenes publicó en sus páginas de Facebook y YouTube.
El anuncio, titulado "No es ningún secreto", muestra fotografías de las mujeres trabajando, jugando con sus hijos y haciendo otras actividades cotidianas. "Recientemente J.C. Penney cambió", dice una voz, en inglés. "Algunos de los cambios te gustaron, y algunos no. Pero lo que importa de los errores es lo que aprendemos. Hemos aprendido una cosa muy simple, a escucharte”, afirma la voz. El anuncio se produce después de que la empresa, con sede en Plano, Texas, despidiera a su CEO, Ron Johnson, después de 17 meses en el puesto y recontratara a su predecesor Mike Ullman. Los ambiciosos cambios establecidos por Johnson incluyeron la eliminación de la mayoría de las ventas de oferta y la introducción de nuevas marcas modernas. La estrategia fue diseñada para atraer a los compradores más jóvenes, y de mayor poder adquisitivo, en un intento de reinventar la imagen de la cadena, pero dejando a un lado a los clientes leales de J.C. Penney, lo que hizo que las ventas cayeran en picado. El anuncio reconoce los errores y pide a los clientes que regresar a sus tiendas. "Vuelve a J.C. Penney. Te escuchamos, ahora nos encantaría verte", enfatizan.
