Condenan prueba nuclear norcoreana

La comunidad mundial consideró una provocación y una amenaza para la paz la prueba atómica que este martes hizo Corea del Norte, que espera también la condena del Consejo de Seguridad de la ONU en la reunión de urgencia que celebrará a petición de Corea del Sur.

El Gobierno de Seúl, el primero en conocer que su vecino del Norte había efectuado una prueba nuclear unas tres horas después de detectar un terremoto de alrededor de 5 grados en la escala Ritcher al noreste del país, la calificó de "una amenaza inaceptable".

Un comunicado de la oficina presidencial surcoreana emitido tras una reunión de emergencia presidida por el jefe de Estado, Lee Myung-bak, advirtió de que Pyongyang deberá asumir las consecuencias de su "desafío".

Por ello, prometió tomar todas las medidas posibles encaminadas a que el hermético régimen de Kim Jong-un abandone su programa nuclear mediante nuevas sanciones del Consejo de Seguridad.

Corea del Sur anunció que desplegará próximamente misiles de largo alcance por todo el país con capacidad para alcanzar cualquier punto del vecino país comunista.

También la presidenta electa surcoreana, Park Geun-hye, que jurará su cargo el 25 de febrero, reprochó "enérgicamente" la prueba atómica y advirtió de que "obstaculiza" los esfuerzos para construir una relación de confianza intercoreana.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue uno de los primeros en expresar su condena al tercer ensayo nuclear de Corea del Norte -tras los de 2006 y 2009-, que calificó de un "acto altamente provocativo", que "amenaza la paz y la seguridad mundial".

En un comunicado, Obama consideró que este acto del gobierno de Pyongyang, constituye una "amenaza para la propia seguridad nacional de Estados Unidos", y para la "paz y seguridad mundiales".

Además, "viola las obligaciones que le imponen numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad" y aumenta el peligro de proliferación de armas nucleares.

Tras confirmarse la prueba nuclear, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y su homólogo surcoreano, Kim Sung Hwan, acordaron tomar medidas de manera "rápida y unificada".

Mientras, el Gobierno de China, el principal aliado y socio del régimen norcoreano, expresó que se opone "firmemente" a la prueba nuclear y urgió a Pyongyang a no emprender más acciones que "empeoren la situación".

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