El ministerio de Defensa surcoreano dijo el jueves que Corea del Norte disparó el controvertible misil de largo alcance al que se oponían contundentemente múltiples países. Luego se confirmó, sin embargo, que éste se rompió justo después de lanzarlo. El lanzamiento de este cohete había levantado muchas críticas. El grupo G8, que incluye a Estados Unidos, Japón, Rusia, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania e Italia, había pedido temprano este jueves a Corea del Norte que desistiera de lanzar el misil y le urgió que abandonara su programa nuclear. Una nueva ola de críticas le siguen a la frustrada misión pues se le imputa a Corea del Norte haber gastado millones en el misil, mientras los ciudadanos sufren una gran escacez. La Casa Blanca notificó que hará una declaración. Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña y otros países habían expresado su posición en contra del lanzamiento y lo catalogaron como una provocación que violaría las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra las pruebas nucleares y de misiles. Corea del Norte niega que el lanzamiento tenga otros fines que no sean pacíficos. El parlamento japonés había adoptado el jueves una resolución de condena en caso de que el cohete fuera lanzado. "Un lanzamiento es una provocación grave que afectaría la paz y estabilidad en la región que incluye nuestro país", dijo el primer ministro Yoshihiko Noda, al leer una resolución adoptada por unanimidad en la cámara baja del parlamento. "Pedimos a Corea del Norte que se abstenga y no realice el lanzamiento".
