Tras sentenciarla admiten error

La condena a Melissa Calusinski, quien trabajaba en una guardería, está siendo cuestionada luego de que el patólogo forense que había brindado su testimonio para condenarla durante el juicio haya admitido una equivocación en su diagnóstico de la víctima.

El 14 de enero de 2009, Benjamin Kingan, oriundo de Deerfield, falleció como consecuencia de lesiones en la cabeza, después de haber sido dejado al cuidado de Melissa Calusinski, en el centro Minee Subee en Lincolnshire.

Calusinski fue declarada culpable de asesinato en primer grado y de agresión agravada después de que un jurado del Condado de Lake descubrió que había arrojado al niño de tan sólo 22 libras con tanta violencia que éste sufrió un trauma cerebral que lo llevó a la muerte. La mujer fue sentenciada a 31 años de cárcel.

Sin embargo, según el Chicago Sun-Times, el forense Eupil Choi ha elaborado una nueva declaración jurada en la que admite que Kingan habría sufrido una lesión en la cabeza antes de la fecha de su muerte en la guardería. Esta lesión se evidenció en una hemorragia en el cerebro.

Luego de las declaraciones, lo abogados de Calusinski, de Carpentersville, están buscando un nuevo juicio, según reportó el mismo diario.

El abogado Mike Nerheim del Estado del Condado de Lake declaró al Sun-Times que él revisó el caso y no cree que haya ninguna razón para un nuevo juicio porque se trata "simplemente de un refrito de los argumentos de la defensa durante el juicio”.

Por su parte, Calusinski sostiene que fue obligada a confesar el crimen tras horas de intenso interrogatorio.

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