Ernesto apunta a Veracruz

VERACRUZ (México) - La tormenta tropical Ernesto bordeaba el jueves la costa del extremo sudeste del Golfo de México, pasando entre algunas de las plataformas petroleras del país mientras cobraba fuerza en camino a una zona propensa a inundaciones.

Ernesto salió a mar abierto el miércoles tras cruzar la península de Yucatán sin causar graves daños. Se esperaba que se mantuviese junto a la costa mientras prosigue rumbo oeste, creando la amenaza de fuertes lluvias para comunidades costeras.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dijo que los vientos máximos sostenidos de Ernesto habían aumentado a unos 110 kilómetros por hora (70 mph) y se esperaba que siga ganando fuerza, probablemente volviendo a convertirse en huracán. Ernesto era un huracán cuando tocó tierra en Yucatán antes de la medianoche del martes, pero se debilitó sobre tierra.

La secretaría de Gobernación dijo que se espera que Ernesto regrese a tierra entre el puerto petrolero de Coatzacoalcos y la ciudad costera de Alvarado, en el estado de Veracruz. El centro de huracanes dijo que ello deberá ocurrir para finales de la tarde o inicios de la noche.

Las autoridades en Veracruz han preparado ya unos 20 albergues, dijo Víctor Hugo Cerón, de la defensa civil del estado. El capitán del puerto de la ciudad de Veracruz, Enrique Casarrubias, dijo que la instalación había sido cerrada para embarcaciones pequeñas.

Petróleos Mexicanos dijo que estaba monitoreando estrechamente la tormenta, pero no reportó planes para evacuar ninguna de las 200 plataformas petroleras en el área. La secretaría de comunicaciones y transporte cerró dos de los tres principales puertos de exportación de petróleo en el Golfo de México a causa de la tormenta.

En Yucatán, no hubo informes de muertes o de daños graves, pero el meteoro derribó vallas publicitarias y árboles, además de interrumpir la electricidad tras chocar como huracán contra el puerto de cruceros de Majahual poco antes de la medianoche, con vientos sostenidos de 140 kilómetros por hora (85 millas por hora).

"En muchos lugares, las ventanas se hicieron añicos", dijo Flori Cruz, un cocinero de 27 años que trabaja en el pueblo costero.

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