El progreso económico nos hace más comelones

El desarrollo económico aminora el ritmo de crecimiento de la población pero también acarrea cambios en las dietas humanas que incrementan la demanda de tierra para la producción agropecuaria, según un estudio que publica Proceedings of the National Academy of Sciences.

Un equipo de investigadores encabezado por Thomas Kastner de la Universidad Groningen en Holanda, y del cual formó parte la mexicana María José Ibarrolla Rivas, estudió el uso de las tierras para el sustento de las dietas prevalentes entre 1961 y 2007.

"La provisión de alimentos es un requisito para el funcionamiento de la sociedad humana", señalaron los expertos. "La tierra cultivable, donde se producen los alimentos y la ración para el ganado, es el recurso central que limita la producción de alimentos".

Desde el surgimiento a mediados del siglo XX de la producción agropecuaria en gran escala esta actividad ha sido responsable por los impactos ambientales más grandes de la humanidad, según el estudio.

La producción agropecuaria consume las mayores porciones del uso humano de agua dulce y tierras, causa la mayor apropiación de biomasa y la alteración de los ciclos globales del nitrógeno y el fósforo, y genera "una contribución significativa al consumo de energía y las emisiones de gases que calientan la atmósfera", recuerdan los científicos.

El artículo señaló que la cantidad de tierras agrícolas necesaria para alimentar a una sociedad depende del número de habitantes, el tipo de dieta y la producción de alimentos por unidad de tierra.

"Con el desarrollo socioeconómico disminuyen las tasas de crecimiento de la población y cambian las dietas con un incremento típico del consumo de proteína animal, aceites vegetales, frutas y verduras, en tanto que los almidones se tornan menos importantes", agregó.

Los cambios en las dietas involucran un aumento general promedio de la demanda de tierras agropecuarias, mientras que la introducción de tecnologías más avanzadas disminuye el área de tierras necesaria para obtener más producción.

Los investigadores estudiaron esta relación inversa de presiones y para ello emplearon los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que muestran un incremento continuo en la disponibilidad promedio de calorías por persona en décadas recientes.

En el mundo entero la disponibilidad de calorías por persona ha subido de aproximadamente 2,250 kilocalorías por persona por día a aproximadamente 2,750 kilocalorías por persona por día. Los incrementos no han sido uniformes y varían de región a región.

"La mayor parte de la población global habita regiones en desarrollo, que son las que probablemente exhibirán una dinámica mayor en las demandas de tierra en las próximas décadas", señalaron los autores.

"Hasta ahora el número creciente de la población global fue el factor principal del aumento en el uso de tierras para la producción alimenticia", añadieron.

En una proyección el estudio señaló que para alimentar a 9,000 millones de personas con la dieta actual típica de los países desarrollados y las tecnologías modernas se necesitará "casi el doble de la tierra agropecuaria que se usa actualmente".

"En muchas regiones del mundo el cambio dietético puede superar al crecimiento de la población como motor principal detrás de los requisitos de tierras productivas en un futuro cercano", añadieron.

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