Dirigían narcotráfico tras las rejas

INDIANAPOLIS - Dos reos de diferentes reclusorios de Indiana dirigían una banda de narcotraficantes que distribuía metanfetamina y heroína valiéndose de teléfonos celulares introducidos de contrabando por los guardas, según una acusación formal federal que fincó cargos a 40 personas.

La acusación dada a conocer el miércoles sostiene que el presunto cabecilla, Oscar Pérez, y un recluso en otra prisión, Justin Addler, mantuvieron incluso una conferencia conjunta con un tercer hombre por medio de teléfonos contrabandeados para sopesar "reunir sus recursos financieros" a fin de obtener heroína a menor precio.

Por lo menos 17 personas comparecieron el miércoles en una corte de Indianápolis después que unos 300 agentes del FBI hicieron diversas detenciones en el estado. Un juez ordenó que permanezcan bajo custodia.

Solamente un carcelero figuró entre los que enfrentan cargos, aunque la acusación sostiene que participaron varios más. La fiscalía se negó a indicar si se formularán más cargos.

Pocos detalles de los detenidos fueron incluidos en los documentos judiciales, aunque los antecedentes penales indican que Pérez cumple condena por homicidio e intento de asesinato en la prisión de Westville, en el norte de Indiana, mientras que Addler está internado en el reclusorio de Pendleton por diversos delitos, narcotráfico entre ellos.

La acusación formal detalla una serie de presuntas llamadas telefónicas que ambos hicieron a personas fuera de las prisiones, incluyendo la supervisión en la compra de "grandes cantidades" de heroína a una fuente en Chicago. Además enseñaron a la gente cómo y dónde deberían ser vendidas las drogas, según la fiscalía.

"Una vez adquirida, la heroína era traída de Illinois a Indiana mediante correos y desde allí, a su vez, distribuida en las calles de diferentes lugares" del centro y sur de Indiana, según la acusación.

La metanfetamina fue adquirida en California, mientras que también se manejaron otras drogas, entre ellas PCP, indica el texto.

Por lo menos en una llamada en mayo del 2012, Addler se mantuvo al teléfono con una mujer "durante la totalidad" de la transacción cuando vendió unos 20 gramos de heroína en una parada de camioneros en Crawfordsville, Indiana, por 2.500 dólares, señala la acusación.

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