Desenmarañando la tragedia

NEWTOWN, Connecticut.- Primero, mató a su madre. El cadáver de Nancy Lanza fue hallado poco después en su casa de la calle Yogananda en Newtown - después de la carnicería de la escuela primaria Sandy Hook, un tranquilo pueblo de Nueva Inglaterra queda marcado para siempre por una tragedia inconcebible; después toda una nación al parecer acostumbrada a la violencia ahora se haya estupefacta por la matanza de inocentes. Nadie sabe por qué Adam Lanza de 20 años de edad, mató a su madre y por qué llevó sus armas hasta la escuela y asesinó a 20 niños y seis adultos. Pero el viernes condujo el automóvil de su madre por las calles del pueblo de 300 años con sus estilizadas iglesias antiguas y frondosos árboles y llegó a una escuela donde reinaba el júbilo antes de las fiestas navideñas. De alguna manera, logró burlar una puerta de seguridad hasta el lugar donde los niños deberían haber estado libres de peligro. Theodore Varga y otros maestros del cuarto grado realizaban una reunión: aún quedaba el brillo del concierto ofrecido por los alumnos del salón en la víspera. "Un día agradable", comentó Varga. "Todos estábamos contentos. Ya terminábamos la semana con un buen ánimo", agregó. Y entonces, intempestivamente y como una pesadilla, comenzaron los disparos. "No recuerdo cuántos fueron", destacó. Alguien encendió los altoparlantes y todos pudieron escuchar lo que sucedía en la oficina. "Uno podía escuchar el terror que estaba ocurriendo", dijo Varga. "Quienquiera que haya sido salvó a mucha gente. Todos en la escuelas escuchaban el drama que se estaba produciendo". La terapeuta Diane Day estaba reunida en una oficina a las 9:30 de la mañana con la directora de la escuela Dawn Hochsprung junto con el psicólogo y otros miembros del plantel y un padre de familia sobre el caso de un niño de segundo grado. "No habían pasado cinco minutos cuando escuchamos ¡Pop! ¡Pop!, ¡Pop!" Relató Day al diario The Wall Street Journal. "Yo me escondí debajo de la mesa", dijo. Pero Hochsprung y el psicólogo se levantaron de sus asientos y salieron del salón para ver qué pasaba, recordó Day. Hochsprung murió y al parecer el psicólogo también. Un guardián corría por todos los sitios avisando que alguien estaba armado, dijo Varga. "Les dijo, muchachos agáchense, ocúltense", contó Varga. "Un verdadero héroe" dijo el profesor, pero no sabía si el custodio sobrevivió. La policía recibió la primera llamada a las 9:36 de la mañana, informó el diario New York Post. "La escuela Sandy Hook. Alguien llama indicando que cree que alguien está disparando en el edificio", dijo la operadora de la policía, según una grabación publicada en el sitio del diario en el Internet. "Al parecer el tiroteo ha terminado", dijo la operadora a las 9:38 de la mañana según el Post. "Hay silencio en el lugar. La escuela está segura". Y a las 9:46 de la mañana, una voz angustiada llamó desde la escuela: "Hay cadáveres aquí. Necesitamos ambulancias". La policía pidió a los alumnos cerrar los ojos cuando salieran del edificio. Los menores asisten en la escuela desde el jardín de niños al cuarto grado. Los niños, algunos llorando y asustados, hacían filas; unos sujetaban con la mano el hombro del compañero que iba adelante mientras eran retirados con la protección de policías por un estacionamiento. Los padres llegaron en estado de pánico en busca de sus hijos a la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, una próspera comunidad de unas 27,000 personas, a unas 60 millas al noreste de la ciudad de Nueva York. El gobernador Dannel P. Malloy y otros funcionarios públicos llegaron después hasta el centro de bomberos. También llegó Monseñor Robert Weiss de la iglesia Santa Rosa de Lima, de Newtown. Observó cuando algunos de los padres se enteraron que no volverían a ver a sus hijos vivos, nunca más. Recordó la reacción del hermano de una de las víctimas. "Le dijo al niño que su hermana había muerto", dijo Weiss. "El niño respondió: no voy a tener con quien jugar".

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