DENVER - La fórmula presidencial republicana, recién formada, encara problemas esta semana en medio de acusaciones del equipo del presidente Barack Obama de que su rival, Mitt Romney, favorece el polémico plan de su nuevo compañero de reformar el sistema de seguro médico Medicare y eliminar billones de dólares de los programas sociales. El debate hacia las elecciones generales de noviembre se dirigió el martes a cinco estados indecisos, con ambos equipos de campaña operando con toda su fuerza por segundo día consecutivo. Romney pasará el martes en Ohio, la última escala de su gira en autobús por varios estados, después de haber enviado a su elegido para la vicepresidencia, el representante de Wisconsin Paul Ryan, a cortejar a votantes y donantes en Colorado y Nevada. Pese a las ventajas que significa que un compañero de fórmula comparta la carga del trabajo proselitista, los republicanos tienen el desafío de planificar el doble de eventos, coordinar sus mensajes sobre la marcha, manejar las nuevas tensiones de seguridad y simplemente conocerse mejor entre sí. Al mismo tiempo, Obama y el vicepresidente Joe Biden se enfocaban en fustigar al bando republicano al vincular a Romney con las propuestas de Ryan para el presupuesto, que podrían afectar en particular a millones de estadounidenses mayores, en caso de aprobarse.
