Desplazados a la espera

COLORADO SPRINGS (Colorado) - Decenas de miles de residentes de Colorado Springs obligados a salir de sus viviendas por un enorme incendio se refugiaron con amigos o familiares, en hoteles o en albergues mientras soldados del ejército ayudaban a los bomberos a proteger la Academia de la Fuerza Aérea. El fuego ardía fuera de control este jueves en mañana en las montañas y en la segunda ciudad más grande de Colorado después que más de 30,000 personas evacuadas empacaron sus pertenencias a toda prisa y dejaron sus viviendas. El incendio es uno de muchos que arden en el seco oeste del país, llamas que han destruido estructuras y obligado a organizar evacuaciones en Montana y Utah, así como el cierre de una porción del Parque Nacional Zion. Los vientos cambiantes eran un desafío para los bomberos que intentaban contener el fuego en el cañón Waldo, de 75 kilómetros cuadrados (29 millas cuadradas) y extinguir áreas ardientes dentro de los suburbios occidentales de Colorado Springs. El Servicio Meteorológico Nacional reportó vientos de 96 kph (60 mph) y relámpagos sobre el fuego el miércoles, pero al anochecer los vientos habían amainado un poco. "No permanecerá en el mismo lugar", dijo Rich Harvey, comandante de incidentes. Los vecindarios donde las explosiones con llamaradas intensamente anaranjadas el martes indicaban que otra casa había caído presa del fuego seguían siendo peligrosos, por lo que las autoridades no podían acercarse a evaluar los daños. Pero una fotografía aérea tomada por The Associated Press el miércoles sobre un vecindario mostró decenas de viviendas destruidas o con grandes daños. Ed y Florine Gigandet se refugiaron en un hotel en Manitou Springs, que había sido evacuada unos días antes cuando el mismo incendio pasó por allí. Dejaron su casa mientras caía ceniza sobre el acceso a su garage desde un humo anaranjado que flotaba encima. En un intento por informarse sobre los daños, los Gigandet condujeron su vehículo cerca de su vecindario en el oeste de Colorado Springs para hablar con la policía y ver el área. Las autoridades les dijeron que podría pasar al menos una semana antes de que se les permita volver. “Sólo empacamos ropa para cuatro días”, dijo Florine Gigandet, de 83 años.

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