Rápido y Furioso: 5 implicados

WASHINGTON - Luego de una investigación de 18 meses sobre el operativo Rápido y Furioso, un reporte preliminar de legisladores republicanos indica que cinco funcionarios de la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos comparten gran parte de la culpa por los fallos de la investigación sobre contrabando de armas en Arizona.

El primero de los que serán tres reportes dice que muchas personas en la cadena de mando de la agencia, denominada ATF por sus siglas en inglés, son responsables, pero la investigación destacó a cinco figuras clave en la controversia.

Los indiciados van desde el agente especial a cargo de la división de campo de la ATF en Phoenix hasta el director de la agencia.

En el operativo Rápido y Furioso, agentes de la ATF vigilaban a compradores testaferros de armas de fuego en Arizona para tratar de llegar a los líderes de las bandas de contrabando. Los agentes no siempre lograron seguir el tráfico de las armas y algunas de éstas fueron halladas después en sitios donde se cometieron delitos en México y Estados Unidos, incluyendo el lugar donde murió el agente fronterizo Brian Terry.

"Los sospechosos siguieron adquiriendo armas bajo con el conocimiento de la ATF a una tasa alarmante", indicó el reporte. "En la primavera de 2010, crecía la preocupación entre el liderazgo de la oficina de armas en Washington por el alto volumen de armas que se estaban vendiendo bajo Rápido y Furioso. El caso creció tanto que el subdirector de la AFT, William Hoover, solicitó una estrategia de salida para el caso, algo que no se había hecho antes".

Sin embargo, el operativo siguió hasta finales de 2010.

El ex director de la ATF, Kenneth Melson, tiene una importante responsabilidad por no asegurarse de que el personal en la oficina central supervisara adecuadamente la división de campo de Phoenix, señala el reporte compilado por colaboradores del legislador republicano por California, Darrell Issa y el senador Chuck Grassley, republicano por Iowa.

El informe también señala que Bill Newell, el agente especial a cargo en Phoenix, fue un importante promotor del operativo y no pudo entender los estándares legales básicos para interceptar armas e interrogar a potenciales sospechosos.

William McMahon, subasistente del director de la AFT, supo que no había salvaguardas operativos para evitar que las armas llegaran a México y no hizo nada para evitar el flujo de armamento.

Mark Chait, asistente del director de la AFT, tuvo varias oportunidades de frenar la operación y no lo hizo.

Bajo Rápido y Furioso se identificaron más de 2.000 armas que se sospechaban habían sido adquiridas ilícitamente. Unas 1.400 de éstas no han sido recuperadas.

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