Cigarrillo, ¿causó el mortal incendio?

TEGUCIGALPA (AP) -- El fiscal general dijo que el descuido de un preso que se durmió mientras fumaba podría ser la causa del incendio en el que murieron 360 reclusos, en tanto el presidente Porfirio Lobo anunció el martes que indultará a un reo que salvó a varios compañeros.
La cifra de muertos aumentó de 359 a 360 con el fallecimiento el martes del reo Juan Angel Arias, de 66 años, informó a la AP el médico Manuel Boquín.
"Hicimos esfuerzos por salvarlo, pero solo le prolongamos la vida por unos días más ante las lesiones severas que presentaba", añadió.
Temprano, en la reunión semanal con sus ministros, transmitida por el estatal canal 8, el presidente Lobo informó que indultará al preso Marco Antonio Bonilla, que "se arriesgó increíblemente al tratar de salvar vidas durante la tragedia" del martes de la semana pasada en Comayagua, al norte del país.
Lobo instruyó al ministro del Interior, Africo Madrid, a agilizar el trámite del indulto presidencial a
favor de Bonilla, un encausado por homicidio que abrió los candados de algunas celdas donde los presidiarios estaban atrapados en medio de las llamas.
Las llaves aparentemente fueron arrojados al piso por los guardias que huían del fuego, según versiones de algunos prisioneros. La situación es investigada por las autoridades.
El fiscal general de la república, Luis Alberto Rubí, informó que la hipótesis del reo que se durmió cuando fumaba y que habría provocado el incendio "es la predominante en este momento, según las numerosas declaraciones de los testigos".
"Pero aún no precisamos cual de los prisioneros fumaba y se durmió. El cigarrillo habría caído al colchón, que se incendió y causó la tragedia", añadió.
El funcionario indicó que la versión es respaldada por seis expertos del buró de Bebidas Alcohólicas, Armas de Fuego y Tabaco de Estados Unidos (ATF, en inglés), que investigan el caso.
El asunto es de gran relevancia considerando el malestar que prevalece entre los más de 500 parientes de las víctimas que presionan al gobierno para aclarar la situación y que han protagonizado dos disturbios en seis días.
"El incendio fue accidental y no inducido por mano criminal, según datos preliminares", subrayó Rubí.
Después del incendio, surgió rápidamente las versiones populares de que un recluso había incendiado intencionalmente su colchón en una riña carcelaria y bajo el efecto de drogas, desatando el fuego, y que los guardias del centro penal habían disparado contra los reos.
Rubí sostuvo que los 25 médicos forenses de Chile, El Salvador, Guatemala y Honduras han practicado hasta ahora la autopsia a 277 cadáveres y que ninguno de ellos presenta evidencias de disparos. Faltan 82 autopsias.
"Veremos si alguno de esos cuerpos que no son analizados tienen orificios de bala", aseguró Gloria Marina Redondo, vocera de los parientes de las víctimas. Ella participó en la entrevista televisiva junto a Rubí.
Redondo admitió que su esposo cumplió la sentencia de seis años de prisión por homicidio en septiembre pasado y que aún no había sido liberado por la lentitud de los tribunales en aplicar justicia.
El equipo estadounidense de la ATF trabaja desde el viernes en Comayagua para identificar el origen del incendio.
Muchos reos murieron calcinados abrazados a los barrotes de las celdas, otros asfixiados por el humo o ahogados al lanzarse a pilas de agua del penal en un intento de protegerse de las llamas.
El fiscal dijo que, de acuerdo a las investigaciones preliminares, "se descartó también que el siniestro fue provocado por el uso de gasolina".
Algunos de los sobrevivientes y sus familiares acusaron inicialmente a los guardias de haber rociado con gasolina la partes trasera del edificio carcelario para provocar las llamas y matar así a los reclusos.
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