Cierran paso entre Chile y Perú

Lima - El director de la Policía de Perú, general Raúl Salazar, anunció este domingo que se ha cerrado la frontera con Chile por su cercanía con el penal de Challapalca, en la región sureña de Puno, de donde se fugaron en la madrugada 17 presos. "La frontera está cerrada. Se va a difundir la fotografía de los fugitivos a nivel nacional para que los ciudadanos colaboren con nosotros y se sientan comprometidos con la seguridad del país", declaró Salazar en la emisora Radio Programas del Perú (RPP). El general también señaló que unos 3,000 policías se movilizan por diversas zonas de Perú para capturar a los presos que fueron condenados por homicidio, robo agravado, extorsión y secuestro, entre otros delitos. "Hemos desplegado toda las fuerzas que tenemos en (las regiones de) Tacna, Puno, Cusco Apurímac, Moquegua, Ica, Arequipa, Cuzco y Ayacucho. Todas las zonas han sido reforzadas de forma permanente a través de un 'operativo cerrojo'", expresó. Salazar indicó que la captura de los fugitivos es "inminente" y que se los está buscando por "agua, tierra y aire". Asimismo, la agencia estatal Andina informó que se han reforzado las medidas de seguridad en la frontera con Bolivia. Según el jefe del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), José Pérez, personal de su institución, encargada de la seguridad de la prisión, y del Ejército se han sumado a la búsqueda. El fiscal de la localidad de Desaguadero, Óscar Jiménez, afirmó que los prófugos escaparon con armamento y uniformes del personal del Inpe que los vigilaba. Las primeras pesquisas indicaron que los internos tomaron como rehenes a sus vigilantes, pero esto fue negado por una fuente del Inpe a Efe. "Esto ha sido coordinado, han estado (en las afueras del penal) camionetas esperando a los que se han fugado, no es algo fortuito sino planificado", declaró Pérez a RPP. En el momento de la fuga, el penal tenía 129 internos recluidos, aunque tiene una capacidad total para albergar a 240. En las cárceles de Perú, la mayoría de internos viven hacinados, en condiciones donde están expuestos a enfermedades como la tuberculosis y con un disminuido número de vigilantes, según diversas fuentes.

Las primeras pesquisas indicaron que los internos tomaron como rehenes a sus vigilantes, pero esto fue negado por una fuente del Inpe a Efe

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