Aseguran que no saben a nada y que no provocan mal aliento. Médicos han encontrado una forma original de tratar un serio mal estomacal… con cápsulas de excremento humano.
El excremento lo dona una persona sana –de preferencia un pariente– para elaborar cápsulas que, según los médicos, son inodoras y no tienen sabor.
Especialistas canadienses trataron con cápsulas de excremento a 27 pacientes que sufrían infecciones graves del estómago. Para no llamarles cápsulas de caca, a los especialistas se les ocurrió el nombre de “trasplantes fecales”.
Medio millón de estadounidenses sufren un mal estomacal llamado Clostridium diffici, que causa decolitis seudomembranosa, una infección del colon. Tradicionalmente esta enfermedad se trata con antibióticos; no siempre con éxito.
Las personas que sufren esta enfermedad padecen de náusea y diarrea constante. Unas 14,000 personas mueren de este mal al año en Estados Unidos.
Los especialistas canadienses lograron curar a 27 pacientes con cápsulas de excremento después de que los antibióticos habían fallado.
El Dr. Thomas Louie, de la Universidad de Calgary, ideó el tratamiento con heces humanas.
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El excremento de un donante se procesa en el laboratorio para extraerle residuos de alimentos y bacteria. Se empaca en cápsulas con triple recubrimiento para que no se disuelvan antes de que lleguen a los intestinos.
“No queda excremento en las píldoras; sólo bacterias”, dijo el Dr. Louie. “No están comiendo caca y no hay eructos olorosos, porque el contenido se libera después de pasar por el estómago”.
Los pacientes ingieren de 24 a 34 cápsulas para el tratamiento. Se las toman en una sola sesión. Las cápsulas llegan a los intestinos y restablecen el balance normal del estómago con bacterias sanas.
