HOUSTON – Tom Wagner trabaja en una plataforma petrolera en el golfo de México. Así que está acostumbrado a los movimientos bruscos, saltos inesperados y ruidos fuertes.
Por eso, para él no fue una sorpresa que se hubiera quedado dormido en un avión que lo traía a la ciudad desde Luisiana y no notara el momento en que éste aterrizo.
“Esa es la norma para mí”, dijo.
Sin embargo, cuando se despertó se encontró con un panorama muy extraño, un avión completamente oscuro y además encerrado, pues nadie se había dado cuenta que Wagner se había quedado en el avión.
Lo primero que hizo Wagner, de 51 años, fue buscar un baño y luego llamó a su novia, quien no le creyó la aventura y, por el contrario, pensó que estaba haciéndole una broma.
Luego llamó a United Airlines en Lafayette, Luisiana, y allí le dijeron que “era imposible” que estuviera en ese avión.
Minutos después, dos un par de trabajadores de mantenimiento lo encontraron justo frente a la puerta del avión.
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Wagner perdió la conexión hacia Los Ángeles a donde se dirigía a visitar a su hermana. La aerolínea lo compensó con $250, la cuenta del hotel donde se tuvo que hospedar y, finalmente, lo enviaron en otro vuelo a su destino final.