María, quien prefirió ocultar su identidad, cuenta la pesadilla que la llevó a terminar con $15,000 de deudas por cargar en su billetera más de 13 tarjetas de crédito que literalmente se le salieron de las manos.
"Me llegaban las aplicaciones, las llenaba y me aprobaban; para ir de compras se me hacía fácil pagar con tarjeta”, dijo María.
A sus 22 años, la desesperación la llevó a darle a un abogado un primer pago de $300 para iniciar un supuesto proceso de bancarrota, pero éste no se concretó.
“Lo que le pagué a esa abogada me hubiera servido para pagar dos mínimos de dos tarjetas”, dijo María.
Antes de iniciar cualquier proceso de bancarrota, analistas financieros recomiendan levantar el teléfono y negociar con sus acreedores una tasa de interés anual más baja y buscar refinanciación de préstamos para ajustar planes de pago sostenibles.
“Nunca excederse en los préstamos, no gastar más del 30% de nuestros ingresos en el pago de deudas y usar el crédito para efectos de lo que realmente se necesita”, recomendó Manuel Ramos, analista financiero
No todas las deudas califican para declararse en bancarrota, edúquese sobre las que puede presentar ante la corte llamando a la oficina de la procuradora de Illinois, Lisa Madigan, al 1-800-386-5438.
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