Vecinos de la comunidad de Pilsen participaron en una pacífica marcha para conmemorar el décimo aniversario de la muerte de la pequeña Ana Mateo.
Decenas de personas se unieron y ofrecieron su apoyo a la madre de la víctima y a su familia, durante una procesión para recordar la corta vida de la pequeña que hace una década cayó víctima de la violencia callejera.
"Su muerte no será en vano. Vamos a seguir luchando en memoria de ella. Que un día cambie la violencia en nuestras calles", dijo Maria Mateo, madre de Ana.
La niña tenía tan solo 7 años de edad cuando falleció en agosto 20 del 2003, mientras jugaba frente a su casa, ubicada en la cuadra 2300 de la 18th Place.
El responsable de este lamentable hecho, fue el pandillero, Juan García, quien se dijo, apuntaba una arma en contra de un pandillero rival que se encontraba a dos cuadras, de donde jugaba la víctima, cuando ocurrió la tragedia.
Desde entonces Maria y su familia se han dedicado a concientizar a los residentes sobre la importancia de combatir la delincuencia.
"Yo siempre les doy mi experiencia. De cómo no darse por vencido cuando tienen un hijo en un problema a mí me gusta hacer eso. Yo creo que dios me dio ese trabajo para seguir adelante" dijo Mateo.
La familia Mateo, acompañada de amigos y residentes, hicieron un recorrido por la calle donde perdió la vida Ana. Ahí, cargando un ataúd, para simbólicamente representar las víctimas inocentes, explicaron, rezaron por un fin a la violencia que afecta las comunidades de Chicago.
