Los fans de los Chicago Blackhawks estallaron en celebraciones espontaneas por toda la ciudad tras su triunfo por la copa Stanley. La policía había planeado mantener a los fans fuera de la calle Clark en Wrigleyville. Para eso cerraron la calle y establecieron fuertes barricadas en Addison.
El plan funcionó en un primer momento, pero eventualmente la muchedumbre superó las barricadas y tomo la calle, lanzando fuegos artificiales, bailando y entonando cánticos.
Pasada la medianoche un contingente de la policía montada intentó desalojar a los fans y los comenzó a dirigir hacia el sur. En ese momento algunas personas de la multitud comenzaron a tirar botellas y latas de cerveza a los caballos.
Aunque las fuerzas policiales no eran aún muy numerosas detuvieron a varios de los atacantes.
Aunque el partido no tuvo lugar en el United Center los fans se reunieron allí para celebrar. Algunos incluso pudieron hacerse con las camisetas recién impresas que incluían la copa Stanley adquirida horas antes.
Algunos bloques hacia el este, en la calle Madison, los fans salieron de los bares para celebrar el rotundo triunfo. Más celebraciones espontaneas tuvieron lugar en los parques de Division, State y Lincoln. Sin embargo en esta ocasión las cosas no se fueron de control.
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