México: Militares admiten práctica de tortura

En 1,273 de las 4,055 denuncias por tortura abiertas en ocho años han participado militares

La tortura en México es una práctica denunciada por años, pero solo hasta ahora el Ejército del país reconoció la participación de militares en 1,273 de las 4,055 denuncias por tortura que recibió la Procuraduría General de la República en ocho años que abarcan del 1 de diciembre de 2006 al 31 de diciembre de 2014.

Ello solo significa que para algunos militares la tortura contra civiles es una práctica cotidiana, para someterlos a castigos físicos y sicológicos, y que incluso pueden incluir desapariciones forzadas en completa impunidad. 

Cada 15 días ocurre en México, en promedio, un caso de tortura a manos de militares, dos al mes y 25 al año.

Así sucedió durante todo el sexenio del expresidente Felipe Calderón y así ha seguido en los tres primeros años del priista Enrique Peña Nieto, quien ofreció hacer una diferencia con quien acentuó la guerra contra el narcotráfico. 

Según estadísticas, dadas a conocer poe el procurador de Justicia Militar, Jesús Gabriel López Benítez, entre 2007 y 2015 se registraron 229 casos de tortura cometidos por militares y 102 desapariciones forzadas.

Las cifras solo refieren a casos comprobados y documentados, sometidos a proceso judicial, por lo que organismos defensores de derechos humanos advierten que la "cifra negra" debido a que los militares han realizado funciones de policía en sus actividades contra el tráfico de drogas.

Pero el video viral que mostró a una mujer sometida a prácticas de tortura llevó al secretario de la Defensa Nacional (Sedena), general Salvador Cienfuegos, a ofrecer una "sentida disculpa" pública por los "sucesos repugnantes" ocurridos en el estado de Guerrero que, dijo, son la deshonra de las Fuerzas Armadas.

Según las imágenes del video, dos militares y tres elementos de la Policía Federal torturan a una mujer, y el que haya un reconocimiento no implica necesariamente que habrá un cambio de fondo en el combate a la impunidad castrense, debido a que para los generales solo son "hechos aislados". 

“Desde el cabo hasta el general con mando de tropas somos responsables de los soldados puestos a nuestras órdenes, y también somos responsables de lo que hagan o dejen de hacer", subrayó Cienfuegos.

"No se deben emitir ni cumplir órdenes contrarias a la disciplina militar, esto está en nuestras funciones, en nuestra cultura profesional militar, en nuestra doctrina, y en nuestras leyes y reglamentos". 

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