Benedicto XVI dice adiós a México

SILAO, México - El Papa Benedicto XVI se despidió el lunes de México con un llamado a su pueblo a no dejarse amedrentar por "el mal" y a fortalecer sus raíces cristianas. Luego de tres días en los que denunció la violencia ligada al narcotráfico y exhortó a renovar la fe para combatir la corrupción y la pobreza, el Papa describió su primera estancia en territorio mexicano como "breve pero intensa" que no olvidará. "Me voy colmado de experiencias inolvidables, como inolvidables son tantas atenciones y muestras de afecto recibidas", señaló un Pontífice que a lo largo de su visita escuchó de manera repetida una frase que había sido acuñada para su antecesor Juan Pablo II: "Benedicto, hermano, ya eres mexicano". Benedicto XVI parte en un vuelo rumbo a Santiago de Cuba después de una ceremonia de despedida encabezada por el presidente de México Felipe Calderón en el aeropuerto internacional de Guanajuato. "Deseo reiterar con energía y claridad un llamado al pueblo mexicano a ser fiel a sí mismo y a no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal, a ser valiente y trabajar para que la savia de sus propias raíces cristianas haga florecer su presente y su futuro", dijo. Una multitud lo aguardaba tanto a las fueras del Colegio Miraflores, donde el cantante mexicano Pedro Fernández le cantaba la tradición canción "Cielito lindo". En el aeropuerto, cientos más lo esperaban. La primera visita de Benedicto XVI a un país de habla hispana en Latinoamérica en sus siete años de pontificado sorprendió y conmovió a muchos mexicanos que lo creían serio y distante. Los gritos, cantos y serenatas que recibió el Pontífice en su visita lo llevó a decir que nunca había sido recibido con "tal entusiasmo". En un acto que no era parte de la agenda oficial, un mariachi le dio una serenata en la casa donde se hospedaba. "México siempre estará en mi corazón", dijo tras salir y dar un mensaje para agradecer el gesto. Benedicto XVI, de 84 años, portó un sombrero charro blanco con motivos amarillos que le regaló una integrante del mariachi. También usó un sombrero charro en la misa del domingo en un parque al pie de un monumento a Cristo en la que pidió a 350.000 feligreses que purificaran sus corazones y que buscaran consuelo en la iglesia a las familias afectadas por la migración, la pobreza o la violencia ligada al narcotráfico. En su primer viaje a México, Benedicto XVI también se reunió con el presidente y con víctimas de secuestros y matanzas y alentó a los niños del país a promover la paz. El Pontífice también sostuvo una reunión con obispos del continente en la catedral de la ciudad de León en la que les instó a proteger a sus seminaristas y vigilar a sus sacerdotes para evitar "actitudes improcedentes". No refirió qué actitudes, pero uno de los escándalos de abusos sexuales de sacerdotes más grandes recientemente fue el del padre Marcial Maciel, fundador de Los Legionarios de Cristo, quien abusaba de seminaristas. La agenda del Papa no incluyó mención al caso de Maciel ni un encuentro con sus víctimas, como uno de ellos lo había solicitado. Sin embargo, durante los días de la visita una editorial lanzó un libro que contiene documentos sobre el presunto encubrimiento del Vaticano a los abusos sexuales cometidos por el creador de la congregación. Los autores buscaban que la Santa Sede reconociera su responsabilidad de haber protegido a Maciel por décadas.

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