El Día de Reyes es uno de los más felices para millones de niños en México.
Los pequeños redactaron sus deseos, y luego los enviaron en globos llenos de helio hacia el cielo, con el deseo de que Melchor, Gaspar y Baltasar respondieran a sus peticiones.
Pero, además de la entrega de regalos, la fiesta comenzó con la tradicional partida de la Rosca de Reyes. Una de ellas, horneada en Aguascalientes, es considerada “la más grande del mundo”, con una longitud de casi una milla, y dos toneladas de peso.
Para elaborarla, participaron ocho panaderías y 76 artesanos. La rosca, además de romper un récord mundial, unió a cientos de familias.
Mientras, en la Ciudad de México, se preparó una mega rosca, que le dio la vuelta a la plancha del zócalo capitalino.
Pero no todo fue felicidad. En Ayotzinapa, los Reyes Magos llegaron a llevar juguetes, pero no encontraron a ninguno de los 43 normalistas desaparecidos desde el 26 de septiembre.
