Los concursos de misses se suelen destacar por estar rodeados de glamour, elegancia, clase, buenas maneras y educación a raudales de las participantes, pero este no fue el caso de la elección de Miss gay Tarapoto, una población de Perú.
Lo que empezó como un simple concurso de belleza, acabó en una batalla campal entre dos concursantes al anunciar el ganador.
El problema fue que los jueces se equivocaron al designar el primer lugar, lo que generó la indignación del público asistente y los propios participantes y tras el desfile triunfal, un rival decidió tomarse la justicia por su mano y se avalanzó sobre el ganador, lo que desató una brutal trifulca.
La pasarela donde minutos antes desfilaban de lo más sensuales, se convirtió en un improvisado ring de boxeo donde los concursantes gays sacaron sus uñas, nunca mejor dicho y toda su artillería masculina, aunque solo fuera por esta vez.
Al final, el evento llegó a su fin con la coronación de la nueva reina gay tal y como se había decidido.
