El secreto de los buenos retratistas

En la pintura el retrato es una de las disciplinas más difíciles. Poder captar el aspecto y la psicología de una persona que se sienta frente al artista es un desafío enorme. Incluso artistas de la talla de Manet se han rendido en ocasiones y devuelto el dinero de un encargo al no sentirse capaces de retratar bien al cliente.

Pero tanto sea un rostro colorido de Van Gogh, una cara fraccionada de Picasso o un cuadro millonario de Lucian Freud. Lo que está claro es que este tipo de pintura es una máquina del tiempo que nos permite contactarnos con la persona retratada y su emoción al momento de ser pintados.

El buen retrato contiene algunos aspectos que lo definen:

Captura la estética y la imagen de la persona retratada. No se trata de que el retratado aparezca sonriendo o de que sea bello en la pintura. Se trata de que será realmente él y de que se le identifique con claridad. Un error común de quién quiere ser retratado es buscar su belleza, hay veces que una mirada perdida o una cabeza ladeada hablan mucho más del retratado.

Contiene la psicología del retratado. Cuando Velazquez pinto al papa Inocencio X, la terrible personalidad del pontífice quedo retratada en todos los detalles: la manera en que descansa la mano sobre el trono, los brillos de sus ropas, la inclinación de sus cejas. Quién mire esta obra – que influyó decisivamente a pintores modernos como Bacon- podrá sentir la presencia psicológica del personaje. Eso es la esencia de un retratista.

El carácter atemporal. Un buen retrato nos describe a alguien que murió hace siglos como si lo estuviéramos viendo hoy. Si al mirar los ojos del retratado sientes que puedes entender mucho de esa persona, es una clara señal de que el retratista hizo bien su trabajo.

No siempre la mejor pintura es la más hiperrealista. Dicen que el pintor Goethe decía: “Si pinto a mi perro tal cual como es, tendré dos perros pero nunca una obra de arte”. La pintura supera a la fotografía porque aporta una atmosfera más profunda que la simple realidad. Una figura en sombras y con grandes trazos puede ser mejor retrato que una foto nítida y llena de luz.

A continuación te dejamos un pantallazo de algunos retratistas contemporáneos que te puede interesar conocer:

Chuck Close: un genio consagrado, este americano es capaz de retratar a su suegra solo con huellas digitales. Un realismo desconcertante (haz clic aquí).

Nick Lepard: El atrevido estilo de este joven canadiense es plástico y arrollador (haz clic aquí).

Titouan Lamazou: Este francés lleva años viajando por el mundo y retratando a las personas que se cruza (haz clic aquí).

Carl Randall: Este artista Inglés hace unos maravillosos retratos llenos de intensidad (haz clic aquí).

C215: es el apodo que usa un artista callejero francés. Este rey del stencil inmortaliza sus retratos en paredes, puertas y buzones de las ciudades que visita (haz clic aquí)

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