Mario y Verónica llevan un año de casados, no tienen hijos pero sí tienen un fantasma.
Verónica no tiene problemas con las apariciones, pero su esposo sí, y no es para menos.
"Arturo", el fantasma", fue el gran amor de Mónica, y aunque para ella él es simplemente un bromista, Mario dice que está viviendo un infierno y que no puede "competir con un muerto".
Gracias por consultar este "caso cerrado" de la doctora Polo. ¿Qué opinas del fallo final? Coméntalo a continuación de estas líneas.
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