Montaner nos cuenta de su nueva novela

Conversamos con Carlos Alberto Montaner sobre su nueva novela Tiempo de Canallas, que ya está a la venta en todas las librerías del país y en internet.

¿Por qué tituló su novela Tiempo de Canallas?

Porque la conducta de algunos de los caracteres es absolutamente canalla y eso define la naturaleza de la historia. Tal vez ese aspecto es lo que los hace literariamente interesantes. Además, fue una época en la que el patriotismo y la traición se mezclaron.

¿Cree que a los lectores les interesa las vidas de canallas?

A los lectores les interesa cualquier historia que tenga un desenlace imprevisto y cualquier personaje complejo que posea una sicología excéntrica y un comportamiento enigmático. Hay una frase de Jean Genet, el escritor francés, que utilizo como exergo del libro porque encierra una extraña verdad: “Reconozco en ladrones, traidores y asesinos, en su despiadada astucia, una belleza profunda, una belleza hundida”.

¿Su novela se inscribe en algún género?

Por supuesto. Es lo que en inglés llaman un thriller. En español la calificaríamos como una novela de suspense, de intriga, que mantiene al lector en tensión. Si fuéramos a matizar más agregaríamos que por una punta es un thriller político y por la otra es una novela de amor, en la que los dos protagonistas se aman a ratos y a ratos se odian.

¿No es eso demasiado ambicioso?

Un thriller político que es, además, una novela de amor, puede ser excesivo. ¿No le parece? No lo creo. El amor, la muerte y la traición suelen ir de la mano. Son pasiones que suelen coincidir. Los espías también aman. Esa última frase suena a título de telenovela.

¿Puede resumir el contenido de Tiempo de Canallas en 100 palabras?

Y en menos. Es una atormentada historia de amor y violencia que se desarrolla antes y durante el comienzo de la Guerra Fría. ¿Una historia de amor? ¿No hay demasiadas historias de amor? Nunca hay demasiadas historias de amor. Esta es muy peculiar, con cierto componente de perversidad en la cama.

¿Perversidad? ¿Sexo? Usted escribió recientemente una novela erótica, La mujer del coronel, ¿vuelve a ese género?

No. Aquella novela giraba en torno a un adulterio y las abundantes escenas de sexo se justificaban. Ésta novela es diferente. En Tiempo de Canallas el sexo, efectivamente, es perverso, pero se limita a ciertas escenas y tiene una función clave en el relato. Incluso la perversión es parte de la trama.

Dice usted que se desarrolla antes y en medio del comienzo de la Guerra Fría. ¿En qué época y dónde?

La Guerra Civil española es muy importante del 1936 al 39, pero no es el único escenario. La novela se desarrolla en París, en La Habana, en Barcelona, en Moscú, en México, en New York.

O sea, es internacional. ¿Y los protagonistas?

Ella, Sarah Vandor, es una norteamericana muy hispanizada. Él, Rafael Mallo, es un hispanocubano afrancesado y sovietizado. Vivió en Moscú y allí fue amigo de Andrés Nin, el líder posteriormente calificado de trotskista, asesinado por los estalinistas. España fue un imán internacional en los años treinta.

¿Otra historia de la Guerra Civil? Ya hay muchas.

No exactamente. Los protagonistas pasan fugazmente por ese conflicto, pero no puede ignorarse que la Guerra Civil española fue un elemento esencial del siglo XX.

¿Existieron esos personajes?

Esos son personajes de ficción, pero la novela está llena de personajes reales y me refiero a hechos que realmente sucedieron. Tal vez debí decir que también es una novela histórica.

¿Histórica? ¿Realista?

Sí. La realidad es demasiado interesante para tratar de complicarla. Creo que la prosa debe estar al servicio de la historia. Escribo para que se me entienda, para transmitir historias, emociones, sensaciones. Amo la transparencia. La prosa barroca es un obstáculo para todo eso.

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