Nuevo escándalo rodea mundial de Brasil

BRASILIA, Brasil - Dificultades de acceso a los estacionamientos, asientos mal colocados, falta de agua y baños sin iluminación: todas esas deficiencias se hicieron evidentes en la inauguración de los dos primeros estadios que serán utilizados en el Mundial de 2014 en Brasil. Los problemas más serios se hicieron evidentes el domingo en la apertura del estadio Mineirao, de Belo Horizonte, cuando 65,000 aficionados llegaron a lo que se esperaba fuera una fiesta del fútbol con un partido entre Cruzeiro y Atlético Mineiro, los dos equipos más populares del estado de Minas Gerais. Incluso la presidenta Dilma Rousseff estuvo presente en el evento. Una semana antes, el 26 de enero, fue inaugurado el estadio Castelao de la ciudad nororiental de Fortaleza con problemas como escombros alrededor del recinto y en los estacionamientos, falta de información para orientar a los aficionados, baños sin terminar y un espacio improvisado como tribuna de prensa sin condiciones adecuadas para trabajar. Aun así, el estadio de Fortaleza se vio en condiciones mucho mejores que el de Belo Horizonte. Ambos recintos deportivos también serán sedes de la Copa Confederaciones, en julio de este año, que servirá como previa al Mundial del próximo año. Los dos estuvieron cerrados más de dos años para el proceso de renovación con miras al máximo torneo del fútbol. El gobernador del estado de Minas Gerais, Antonio Anastasia, convocó el lunes al presidente de la empresa Minas Arena, Ricardo Barra, que administra el estadio, para discutir los problemas registrados en la inauguración y concluyó la cita con el anuncio de una multa de un millón de reales (500.000 dólares) "Lamentablemente tuvimos serios equívocos, errores, defectos desde el punto de vista de la operación del estadio", dijo Anastasia a periodistas. "El gobierno, cumpliendo lo que determina el contrato de concesión, va a hacer la fiscalización de manera muy firme, muy enfática, para dar esa garantía a todos los aficionados". Al respecto, el secretario especial para el Mundial del gobierno de Minas Gerais, Tiago Lacerda, destacó que las fallas detectadas tienen que ver con difícil acceso al estacionamiento, falta de agua y puestos de venta de bebidas y alimentos cerrados. "Por eso aplicamos una multa en el valor de un millón de reales", dijo Lacerda. Sin embargo, los reclamos de los aficionados fueron más serios. La falta de agua e iluminación en los baños convirtieron las paredes del estadio en orinales improvisados. Sin agua en los bebederos y los puestos de venta cerrados, los pocos vendedores ambulantes autorizados para operar en el estadio aprovecharon para vender agua y bebidas gaseosas a precios exorbitantes. El ministro de Deporte, Aldo Rebelo, quien también asistió a la inauguración del Mineirao, consideró injustificable la situación sufrida por los aficionados. "Los nuevos estadios fueron hechos para garantizar la seguridad, comodidad y bienestar de los aficionados. No se justifica que un estadio como el nuevo Mineirao, que tiene lo más moderno en la ingeniería e infraestructura deportiva, tenga fallas de operación que exponen al aficionado a los trastornos verificados", declaró Rebelo a periodistas. Para el analista deportivo Juca Kfouri, lo ocurrido en el estadio trae a colación la tragedia ocurrida el 27 de enero en una discoteca de la ciudad sureña de Santa Maria, donde murieron 237 personas en un incendio. "Tragedias como la de la discoteca de Santa Maria tienen el mismo ADN (de la situación del Mineirao): la irresponsabilidad de las autoridades que autorizan locales públicos sin condiciones de recibir personas para bailar o ver un partido de fútbol. El ciudadano es tratado como ganado por más que haya Código de Protección al Consumidor y Estatuto del Aficionado", escribió Kfouri en su blog. Como una alerta de la situación en los estadios brasileños, la jueza Cintia Werlang prohibió la realización de un partido el domingo por el campeonato estatal de Santa Catarina entre Guarani de Palhoca y el Avaí, al acoger un recurso de la fiscalía que pidió impedir el partido por falta de condiciones adecuadas en el estadio Renato Silveira. En su decisión preliminar la jueza escribió: "basta recordar que en la discoteca Kiss, en el municipio de Santa Maria, muchas fiestas ocurrieron sin ningún accidente, hasta que por una irresponsabilidad que podía ser evitada, más de 200 personas perdieron la vida". En la otra cara de la moneda, el gobernador del Distrito Federal , Agnelo Queiroz, aseguró el lunes que el Estadio Nacional de Brasilia marcha viento en popa para el partido inaugural de la Copa Confederaciones, el 15 de julio. "Estamos en la recta final y a todo vapor. Tenemos varios frentes de trabajo que actúan en la conclusión de la estructura, los vestuarios, los palcos y en la preparación de la gradería para colocar los asientos", dijo Queiroz a periodistas. "La inauguración del estadio será el 21 de abril, día del aniversario de Brasilia". Por el contrario, el Maracaná de Rio de Janeiro, que será sede de las finales del Mundial y la Confederaciones, arrastra un complicado proceso de remodelación que se ha extendido dos años y cinco meses, más que el tiempo que tardó en ser construido entre 1948 y 1950. Su inauguración estaba prevista para diciembre pasado pero fue aplazada para febrero y posteriormente para abril, último mes aceptado por la FIFA para estadios que se utilizarán en la Copa Confederaciones.

Contáctanos