LAX: tirador enfrentaría pena de muerte

LOS ANGELES-- Fiscales federales presentaron un cargo de homicidio contra el joven presuntamente armado que desató una balacera en el Aeropuerto Internacional de Los Angeles donde dio muerte a un agente de origen salvadoreño, por lo que podría enfrentar la pena de muerte. Paul Ciancia, de 23 años, continuaba hospitalizado después de que la policía lo hiriera de cuatro disparos, tanto en la boca como en una pierna, antes de que lo arrestaran. El FBI dijo que Ciancia estaba inconsciente y no había logrado entrevistarlo. En el ataque a tiros que escenificó el joven armado también resultaron heridas cinco personas, entre estas dos agentes federales de seguridad. El fallecido fue el agente de seguridad Gerardo I. Hernández, de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés). Ciancia también fue acusado de perpetrar violencia en un aeropuerto internacional. El joven tenía una nota escrita en la que decía que deseaba matar cuando menos un agente de la TSA sin importarle quién, dijeron las autoridades. El fiscal federal Andre Birotte Jr. dijo que Ciancia ingresó a pasos largos en la Terminal 3, sacó el fusil de una bolsa y comenzó a disparar repetidamente a bocajarro contra un agente de la TSA que verificada identificaciones. Después de balear al agente y subir por una escalera eléctrica, el joven volteó la vista, advirtió que el oficial se movía y regresó para rematarlo a tiros, de acuerdo con la revisión que hizo el FBI del video de una de las cámaras de vigilancia. Ciancia después abrió fuego al menos contra otros dos empleados de la TSA y un pasajero de algún vuelo; estas personas resultaron heridas. La policía del aeropuerto capturó al joven después de que lo hiriera de bala. Se desconoce por qué Ciancia atacó a la TSA, pero en la nota encontrada en su bolsa él decía que había "hecho la decisión consciente de que intentaría matar" a varios empleados de la agencia y que quería atemorizarlos, dijo el agente especial del FBI a cargo, David L. Bowdich. Según el FBI, sus agentes no encontraron evidencia de delitos anteriores del joven o de que éste hubiera tenido alguna confrontación con la TSA. Agregó que Ciancia nunca había solicitado un empleo a la TSA. La TSA tenía previsto revisar sus políticas de seguridad debido a la balacera. El administrador de la TSA, John Pistole, no precisó si esa revisión implicaría armar a los agentes. La terminal 3, donde ocurrió el viernes el ataque a tiros, fue reabierta el sábado en la tarde. Las autoridades creen que alguien dejó en algún vehículo a Ciancia en el aeropuerto; los agentes revisan los videos de las cámaras de vigilancia y demás evidencia para armar la secuencia de los acontecimientos. Ciancia, que recibió cuatro disparos de la policía del aeropuerto, continuaba el sábado en un hospital, pero se desconocía cuál era su estado de salud. Sufrió heridas en la boca y una pierna, dijeron las autoridades. El viernes, el padre de Ciancia llamó a la policía en Nueva Jersey, preocupado por su hijo en Los Angeles. El joven había enviado mensajes de texto a su familia en los que dejaba entrever que podría estar en problemas. La llamada llegó demasiado tarde. Hacía 10 minutos que Ciancia había ingresado en el aeropuerto, sacado su rifle y comenzado a disparar. En un cacheo que hizo la policía en el lugar, Ciancia tenía cinco cargadores de 30 cartuchos cada uno, y en la bolsa traía "cientos de cartuchos en cajas de 20 unidades cada una", dijo el funcionario policial. Hernández, de 39 años, es el primer agente en los 12 años de existencia de la TSA que cae muerto en el cumplimiento del deber.

Contáctanos