Inmigrantes temen en Chicago

CHICAGO - Cuando los líderes políticos de Illinois destacaron las virtudes de una propuesta para permitir que los inmigrantes no autorizados obtuvieran licencias de automovilista, dijeron que la medida reforzaría la seguridad pública y contaba con el apoyo de organizaciones civiles, que la consideraban un paso en la lucha por una reforma migratoria.

Pero la idea se ha topado con cierta resistencia de parte de los propios inmigrantes que residen sin permiso en el país.

A muchos de los 250,000 residentes no autorizados y con edad para conducir en Illinois les resulta riesgosa la idea de proporcionar un domicilio, permitir que se les tome una foto y presentar un certificado de nacimiento. Quizás, el hecho de que toda esa información quede en una base de datos estatales les parece incluso más peligroso que conducir sin licencia.

"Ellos tendrán mi expediente. Quizás un día (las autoridades) simplemente me detendrán", dijo Faviola Villagómez, de 19 años, traída sin permiso a Estados Unidos desde México, cuando era niña. La joven, quien cursa estudios superiores en Chicago, dijo que tiene dudas sobre si solicitaría la licencia, pues el trámite haría que tanto ella como sus seis hermanos (ninguno ciudadano) sintieran que se les podría identificar más fácilmente para deportarlos.

La desconfianza hacia las autoridades entre los inmigrantes sin permiso no es un fenómeno nuevo, pero la propuesta que se sometería a votación de los legisladores el mes próximo ha reavivado una serie de preocupaciones y podría afectar la forma en que muchos solicitarían una licencia en caso de que la iniciativa se promulgue.

Los defensores de los derechos de los inmigrantes reconocen el problema, pese a que apoyan la medida y buscan informar sobre ésta a la comunidad.

"Existe desconfianza", dijo Cristóbal Cavazos, líder de la organización Immigrant Solidarity DuPage. "La gente está preocupada".

La propuesta enfrentó poca oposición en el Senado y podría ser votada en la Cámara de Representantes desde el 7 de enero. El gobernador Pat Quinn ha dicho que promulgará la medida si llega a su escritorio.

Uno de los principales auspiciadores de la propuesta, el representante estatal Edward Acevedo, desestimó las preocupaciones manifestadas por algunos inmigrantes, al considerarlas infundadas. Acevedo, demócrata, dice que la iniciativa es un asunto de seguridad pública, no de una reforma de inmigración. Destacó que si se garantiza que los automovilistas conocen las reglas de tránsito y cuentan con un seguro, ello reducirá el número de accidentes y evitará que suba el costo de las pólizas.

"Esto no se trata de ayudar a los inmigrantes sin permiso en el país", señaló. "Se trata de proteger a nuestros ciudadanos aquí en Illinois".

De convertir la propuesta en ley, Illinois se uniría a Nuevo México y Washington como los estados que permiten a los inmigrantes no autorizados la obtención de licencias de automovilista. Utah expide permisos y algunos estados más contemplan propuestas similares.

Bajo los términos del proyecto en Illinois, las licencias se asemejarían a las otorgadas a visitantes temporales del estado. Esos permisos se entregan a personas carentes de la ciudadanía estadounidense pero que se encuentran legalmente en el país, como los estudiantes extranjeros. Tienen una vigencia de tres años, en vez de los cuatro de validez que tienen los permisos normales.

Las licencias temporales deben incluir una fotografía, y el trámite para conseguirlas cuesta 30 dólares al solicitante.

Cualquiera que solicite las licencias debe presentar un examen de automovilista, para el que se requiere un vehículo con seguro. Es necesario responder también una prueba escrita y proporcionar documentación que incluye un acta de nacimiento. Las licencias no pueden usarse como cédulas de identidad y lucirán distintas a un permiso otorgado a ciudadanos estadounidenses.

Ello preocupa al reverendo José Landaverde, uno de los más vehementes activistas por los derechos de los inmigrantes, quien apoya esta legislación aunque con cierta cautela. Landaverde dijo que las diferencias entre los permisos de automovilista harán que los inmigrantes sean un blanco de las autoridades, particularmente en zonas suburbanas y rurales. Chicago es una suerte de refugio donde la policía no puede hacer preguntas relacionadas con el estatus migratorio.

"Veremos qué pasa", dijo.

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