Acusado de masacre se confiesa: ‘lo tuve que hacer’

Video de Dylan Roof lo muestra mientras habla con el FBI un día después de la matanza.

Los fiscales en el caso del hombre que mató a nueve personas negras mientras estudiaban la Biblia en una iglesia de Charleston están usando las propias palabras del atacante para mostrarlo como alguien racista y cruel durante su juicio, en el que buscan que se le aplique la pena capital.

Dylann Roof confesó al día siguiente del tiroteo ocurrido en junio del 2015. La confesión de dos horas, grabada en video, fue presentada como evidencia el viernes, junto con un diario a mano que hallaron en su carro.

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"¿Cómo puede ser que el color de nuestras caras, piel y la estructura de nuestros cuerpos sean tan diferentes, pero nuestros cerebros sean exactamente iguales?", escribió Roof en el diario, en uno de los pasajes menos ofensivos.

En el video, Roof se ríe varias veces y gesticula exageradamente como si tuviera un arma mientras describe la masacre. Quería dejar al menos una persona viva para que contara lo ocurrido, explica, quejándose que sus víctimas "complicaron las cosas" al esconderse bajo las mesas.

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Dijo que pensó en balear narcotraficantes, pero admitió ellos podrían regresarle el fuego. En vez de eso -dijo Roof al FBI-, escogió la histórica Iglesia Episcopal Metodista Emanuel porque era poco probable que hubiera gente blanca en ese lugar y porque la gente allí probablemente sería dócil.

"Sabía que ése era un lugar para conseguir un pequeño grupo de negros en un solo lugar", dijo Roof, antes de agregar: "Ellos están en la iglesia. No eran criminales o algo así". y añadió: "Lo tuve que hacer".

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Los abogados de Roof han aceptado que su cliente perpetró el ataque y están enfocados en convencer al jurado que no lo condene a muerte en la fase de castigo del juicio. Dijeron durante las declaraciones de apertura de juicio que llamarán a pocos o a ningún testigo. La presentación de testigos continúa la semana próxima y los fiscales dicen que ellos podrían terminar de presentar su caso el miércoles.

Aparte del racismo abierto, la confesión de Roof y los apuntes muestran que el joven de 21 años era inmaduro e ingenuo. Escribió una nota pidiendo disculpas a su madre y diciendo: "aunque suene infantil, me gustaría estar en tus brazos".

Sin embargo, Roof preparó el tiroteo meticulosamente. Llevó ocho cargadores de 13 balas cada una, pero solo 11 estaban cargadas, así que podía disparar 88 veces. Ese es un número venerado por los supremacistas blancos, que significa "Heil Hitler" porque la H es la octava letra del abecedario.

En un momento dado, un agente le preguntó si había pensado en matar a más negros. "Oh no, estaba cansado", respondió Roof.

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