Habla dueña del Pulse: “que el odio no nos gane”

Barbara Poma sigue devastada, pero prefiere pensar en la búsqueda de la paz.

Barbara Poma, al igual que mucha gente en Orlando y en el resto del planeta, está devastada por la masacre de la madrugada del domingo en el club Pulse. Pero esta mujer tiene razones que quizás otros no tengan para sentirse abrumada.

Poma es la propietaria del Pulse, sitio que ella creó para rendir un homenaje a su hermano, ya fallecido. Para ella, el sitio no solo era un centro de diversión. Era también un espacio seguro, en el cual estaban representados distintos valores humanos, como la solidaridad. No en balde, muchos de los más consuetudinarios asistentes lo hacían por el trato recibido.

Pero ahora todo es muy duro, razón por la cual esta mujer se siente devastada. Ella no solo supo de la muerte de gente que veía con frecuencia, sino que conocía a muchas de las víctimas. Allí fue asesinada una chica que apenas tenía un mes trabajando.

Barbara no quiere que el odio se apodere de su local. La realidad es que fundó el club Pulse en 2004 al perder a su hermano John, quien sufría de Sida. Por eso no quiere mencionar al terrorista que acabó con las vidas de quienes estaban presentes la noche del domingo.

No quiere que el odio ocupe el espacio de la paz y la alegría que siempre se vivió en su establecimiento, y aunque no puede olvidar todo lo ocurrido en esa noche, desea que el Pulse vuelva a ser un sitio de aceptación y valores de humanidad, donde todo el mundo se aceptaba a sí mismo.

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