Otra llamada del Papa a desfavorecido

Ciudad del Vaticano - El papa Francisco ha llamado por teléfono a uno de los jóvenes procedente de una de las conocidas como "villas miseria" de Buenos Aires y a quien lavó los pies en 2008, cuando era arzobispo de la capital argentina, durante la misa del Jueves Santo.

El portal italiano de análisis sobre América Latina "Terre d'America" se hace hoy eco de las declaraciones que ha publicado el joven en una red social y en las que explica la llamada del papa. "Hola Cuervo ¿Cómo estás?", preguntó el pontífice al joven Juan José, dirigiéndose a él por su apodo, cuando éste respondió al teléfono. El pasado sábado Francisco recibió en Vaticano al sacerdote argentino José María Di Paola, un viejo conocido desde sus tiempos en Buenos Aires, y quien vive en "la villa" (barrio marginal) de La Cárcova, a unos treinta kilómetros de la capital argentina. Di Paola, conocido popularmente como "padre Pepe", entregó a Francisco dos cartas, una de las cuales era precisamente del "Cuervo", que recibe este nombre por ser hincha del equipo de fútbol del San Lorenzo, del que también es seguidor el pontífice. Juan José es uno de los que recibió asistencia en el "Hogar de Cristo", centro creado con ayuda de la Iglesia y en colaboración con la comunidad en el asentamiento para brindar ayuda y apoyo a los jóvenes con problemas de drogadicción, que han sido víctimas de abusos sexuales desempleado o que se encuentran sin trabajo. Actualmente Juan José está casado con Milagros, a quien conoció en el centro, y ambos colaboran en la reinserción de otros jóvenes con problemas. Al encuentro en el Vaticano, el "padre Pepe" llevó además una "pequeña provocación", según el portal de análisis y noticias de América Latina, una camiseta del club Atlético Huracán, rival de del San Lorenzo de Almagro. Esta no es la primera vez que el papa llama por teléfono a alguien para darle ánimos y esperanza. El pasado día 26, una mujer argentina, que denunció haber sido sido víctima de abusos sexuales por parte de un policía, recibió un llamada de Francisco. "Estoy feliz. Es como que fui tocada por la mano de Dios", aseguró Alejandra Pereyra, de 44 años, tras la llamada del papa.

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