Mujeres sumisas, las de antes

Lejos en el tiempo quedaron aquellas telenovelas en las que sus protagonistas eran mujeres abnegadas y sumisas. Hoy el estereotipo de heroína cambió rotundamente ¿Por qué? Porque también cambió el rol de las mujeres en la sociedad y las telenovelas no son más que eso: un reflejo de la mujer actual con sus problemáticas, miedos, gustos y placeres (¡y una pizca de sal y pimienta producto del jugo de la ficción!)

Érase una vez…

La primera súper heroína fue La Mujer Maravilla, un personaje feminista que irrumpió con sus curvas un mundo de hombres. Esta dama sexy y voluptuosa marco un antes y un después en la historia de los personajes femeninos, ya que demostró que las mujeres pueden ser guapas, valientes y luchar a la par de los hombres.

Sin embargo, los avatares de la historia, hicieron que la mujer tomara un rol más sumiso y dependiente. Aparecieron heroínas sufridas como Abigail (protagonizada por la actriz venezolana Catherine Fulop) que lamentaba la pérdida de su hijo y la separación de su amado. También, la diferencia de clases se adueñó de la pantalla y vimos cómo la recolectora de basura, “María la del barrio” (encarnada por Thalía) era menospreciada por sus patrones cuando ingresó a trabajar de mucama y además, sufría por un amor no correspondido. Si hacemos fast forward, nos encontramos con “Betty, la fea” (protagonizada por Ana María Orozco) quién por no encajar en los patrones de belleza, era el “hazme reír” de la oficina y completamente invisible para los hombres. “Cualquier semejanza con la realidad NO es pura coincidencia” La Patrona, la nueva mega producción de Telemundo, es un fiel reflejo de esta nueva tendencia de mujeres fuertes y marimachas. Su protagonista, Gabriela Suárez (encarnada por la bellísima Aracely Arámbula) se gana la vida como trabajadora minera y es una guerrera que lucha por su hijo David ¡Muy parecido a lo que sucede en nuestra realidad! Mujeres que ocupan puestos de empleo que solían ser exclusivamente masculinos como la minería, madres solteras y cabezas de hogar que luchan incansablemente por mantener a sus hijos…y las similitudes son muchísimas más. El desafío de los guionistas hoy, es escribir personajes que sean verosímiles, con los que las mujeres actuales se identifiquen ¿Quién no se siente representada por la luchadora y valiente Gabriela Suárez? La vida no es color de rosa… Las telenovelas han dejado de plantear mundos rosados, para mostrar los grises de la sociedad. En La Patrona, Gabriela, quien tiene que mantener su hogar, sigue los pasos de su padre, un experimentado minero, y se sumerge en un mundo donde reina la testosterona. Ella hubiese preferido otro tipo de trabajo donde no la humillen los hombres, pero la escasez de empleo en su pueblo, San Pedro del Oro, la llevó a trabajar en la mina a la par de sus compañeros. Aquí nos encontramos ante una problemática vigente en la sociedad: el desempleo. Vemos cómo, al igual que en la vida real, la protagonista se sobrepone a la crisis y lucha por sacar adelante el hogar, trabajando a igual que los hombres. Hoy, ser madre soltera es un tema coyuntural. Muchas mujeres en esta situación pelean por mantener su familia, pese a todo, son grandes heroínas de la vida real. En La Patrona, también abarcan esta temática: Gabriela tiene un hijo en plena pubertad y debe lidiar con los reproches del joven que se siente humillado en la escuela por no tener padre. Si te preguntas ¿porqué te atrapó tanto La Patrona? Aquí tienes la respuesta ¡porque te identificas con la heroína! Mujeres de carne y hueso, reales, con tus mismos problemas y preocupaciones. Y si tienes ganas de ver más, próximamente Telemundo te trae “La Teniente”, una telenovela protagonizada por una mujer fuerte y con carácter ¡No te la pierdas!

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