Emmy 2012 o el triunfo de la política

Tras una noche llena de color, los Emmy demostraron que la política, a pesar de haber sido tratada ya tantas veces, sigue en plena vigencia conquistando a las audiencias y alcanzando niveles artísticos extraordinarios. Así fue como "Homeland" se llevó el galardón a mejor serie dramática destronando a "Mad Men" (que con 17 nominaciones sólo logró conquistar 4 de ellas), que optaba por ganar por quinta vez consecutiva. Por otro lado, el film para televisión "Game Change", interpretado magistralmente por Julianne Moore y producido por Tom Hanks, ganó los principales premios para Miniserie o Película.

Quien sí repitió por tercer año consecutivo, en la categoría de mejor comedia, fue "Modern family" (14 nominaciones). No corrió la misma suerte su bella protagonista, Sofia Vergara, que estaba entre las finalistas a mejor actriz de reparto por tercera edición seguida. Tuvo que ver cómo subía al escenario su compañera de serie, Julie Bowen.

Jimmy Kimmel fue el presentador de la ceremonia, realizada en el amplio y lujoso Teatro Kodak de Los Ángeles. Su performance fue aceptable, aunque los expertos, y el público en general, esperaban un poco de más de su característica chispa, de su ingenio y carisma. Se lo notó por momentos tenso, contenido, limitándose a dar paso al siguiente presentador.

Momentos destacados

La gala fue dinámica, fluida, con presentaciones divertidas e introducciones veloces. Buena música, discursos breves y un salón repleto de los artistas más talentosos del mundo de la televisión.

Fue curioso cuando el presentador, bajando el tono de su voz, dijo que siempre se recordaba en estas ceremonias a los que ya no estaban entre nosotros, pero que sería mejor recordar a esas grandes personas, maravillosos artistas, que aún están vivos y merecen un reconocimiento. Comenzó la música y, tras el título “In Memoriam”, aparecieron imágenes de él mismo en diferentes etapas de su carrera. Muchos rieron, otros no entendieron y a algunos les pareció un número poco grato que desmerecía a los que homenajearon más tarde.

Jim Parsons y Zooey Deschanel, una de las parejas presentadoras más divertidas de la noche, coquetearon el uno con el otro a la hora de entregar el ganador a Mejor Guión de un programa de variedad o comedia, que fue para el brillante Louis C.K., otros de los protagonistas de la noche.

No se esperaba Aaron Paul que ganaría esta noche el premio al Mejor Actor de Reparto en una Serie Dramática por "Breaking Bad". Su desconcierto y felicidad, tan genuinos y desenfadados, enternecieron a todos y desparramó una olas de sonrisas en rostro de los presentes.

Melissa McCarthy y Mindy Kelly también se la pasaron de lo lindo al anunciar el Mejor Actor en una Serie de Comedia. A cada nominado lo hicieron sonrojar con descripciones sexuales y su tipo de piel.

Como conclusión podemos afirmar que la ceremonia no se ha destacado en ningún sentido, sin embargo, ha cumplido sobradamente con su cometido: entretuvo, hizo reír, sorprendió y fueron tres horas de un espectáculo en el que la televisión se premia a sí misma.

Hubiéramos deseado un poco más, es cierto. ¿Será que los Golden Globes, con la descabellada y brillante presentación de Ricky Gervais, han elevado el nivel de este tipo de ceremonias haciéndonos esperar siempre un poco más?

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